Más de una
década de información que en cuestión de días se difundió por todo el mundo y
puso a más de uno en una situación crítica, el caso de los papeles de Panamá
cayó como balde de agua fría no sólo a toda la población, sino al gobierno
panameño que también desconocía de esto.
Como ya se
ha revelado en los diferentes medios de comunicación, el caso de los Panamá
Papers se trata de un gran número de empresas offshore de todo el mundo, descubiertas
por el Consorcio Internacional de Periodistas, de haber cometido actos
ilegales, y gestionadas por una firma de abogados llamada Mossack Fonseca,
ubicada en Panamá (de allí el nombre).
Lo
increíble del caso, es la cantidad de líderes revelados y acusados, entre los
que destacan políticos, actores, y hasta futbolistas de diferentes partes del
mundo que han usado los llamados “paraísos fiscales” no sólo por los beneficios
que prestan sino que han abusado de ellos para ahorrarse millones de dólares en
impuestos.
Si bien no
termina por ser una investigación 100% verificada, no podemos negar que tiene
inclinación a serlo, y ejemplo de ello, el Primer Ministro de Islandia, uno de
los miembros de esta lista, que al parecer evadió millones de dólares en tiempos
de crisis, y es que ver la reciente entrevista que le han hecho lo dice todo, y
dos días después su renuncia al cargo (que ahora desmiente), aún más.
¿Y cómo ignorar
este tipo de casos? Que nos digan que Pilar de Borbón u otros líderes en el
país están sacando provecho de sus posiciones para hacerse cada vez más ricos, mientras
que nosotros somos los principales afectados, la población que trabaja y paga
sus impuestos sin derecho a evadir ni un céntimo, porque cuando se habla de
corrupción se habla de robo al país lo que desencadena una serie de consecuencias
que se traduce en una crisis.
Así pues,
aparecen declaraciones de personalidades en contra de los “Panamá Papers” entre
ellas el gobierno de Panamá que cree que esto “ha manchado su nombre”, pero el
Consorcio Internacional de Periodistas tiene una meta, y es acabar con la
corrupción sin importar a quién le guste o no, y es algo que si bien no está
concretado, puede convertirse en un impresionante acto de justicia a nivel
mundial.
Susana S.
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