A menudo las noticias que vemos no son
las que deberían saltar a las portadas de los diarios. Sin embargo,
todo lo que pasa en África se pierde por debajo del ruido mediático
de cualquier trivialidad que salva a todas las portadas en nuestro
país. Esto es una situación habitual que se repite año tras año.
Tal vez esta noticia ocupase 30 segundos o menos en algún
telediario, tal vez alguna cadena hiciese eco de este suceso.
Personalmente, no recuerdo haberlo visto en su momento.
Pero sí recuerdo haber escuchado hasta
el aburrimiento los dimes y diretes de quienes deben formar Gobierno
en España sin llegar a nada. Que si se han dicho esto o lo otro, que
si no llegan a ningún acuerdo, un rollo que no contribuye a nada
positivo. Las habladurías de los políticos o las bobadas de los
personajes de la farándula, todo eso contamina mi pantalla sin que
pueda evitarlo. Es como un bombardeo de mierda teledirigido contra
todos los que estamos expuestos al boom mediático.
Porque ya no vivimos desconectados, hay
tanto flujo de información que paradójicamente ahora es complicado
comunicar ciertas cosas. Por desgracia, es lo que sucede con las
desgracias que ocurren en otros países, en particular los del Tercer
Mundo. Lo que pasa cerca, en este país o como mucho dentro de la UE,
llega a los medios con facilidad por ósmosis pero no es así con lo
de fuera. Es como si viviésemos en una esfera mediática que tiene
un radio limitado. Solo algunas noticias – las más morbosas –
atraviesan la semipermeable membrana de esta esfera.
Así, es relativamente fácil perderse
mucho de lo que no nos toca directamente. Pero este mundo ya no es
tan grande como antes, nuestras comunicaciones – en particular la
Internet – han reducido la escala de nuestro planeta a una pantalla
desde la cual podemos ver lo que pasa en casi cualquier parte con
apenas minutos de retraso en algunas circunstancias e
independientemente de que suceda en las mismísimas antípodas. No
hay restricciones siempre que alguien registre una foto o un vídeo
en su móvil y lo suba a la Internet, incluso un comentario vale
aunque hoy en día una imagen vale mucho más que mil palabras.
Por eso, la imagen de los 147
estudiantes de Garissa yaciendo inertes en el suelo perdurará en mi
mente una temporada.
César P.
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