Tenemos un serio problema en el continente: el riesgo de sufrir un atentado terrorista en cualquier momento. Los hilos del Estado Islámico están enrevesados en varios territorios europeos. No es factible expulsarlos a todos, sólo una minoría es culpable de esta violencia irracional.
La intolerancia ha calado muy profundo en quienes participan en estos actos repudiables. No se puede tolerar que esto siga así ni un día más. Lamentablemente, las vías diplomáticas no llevarán a nada con los radicales, solo queda una respuesta por parte de la coalición europea y no es agradable pensar en ello.
Pero si no se les frena en seco, no habrá paz en nuestros países. Hace poco fue París, ahora Bruselas. ¿Y después dónde? ¿Madrid otra vez? Esto no puede ser. La gente empieza a tener miedo, incluso en donde no han habido atentados recientemente, todos recordamos el maldito 11M.
Una intervención militar bien coordinada podría no causar demasiadas bajas en la población civil que no tiene nada que ver con el asunto. Por lo tanto, habría que plantear seriamente este asunto, la ciudadanía no puede vivir en vilo de lo que pueda pasar. No se puede vivir con miedo.
Aunque negociar la paz sería lo que las personas civilizadas deberían hacer, los radicales solo buscan amedrentar a las naciones de occidente que no comparten su credo. Hola, o sea, si algo aprendemos de la historia es que las guerras ideológicas nunca han llevado a nada. Ni los reyes católicos acabaron con los moros (en España) ni Hitler con los judíos.
Tantas muertes para nada, todos los credos han continuado. La guerra santa que los musulmanes tienen jurada a los cristianos nunca llevará a nada, los cristianos no van a desaparecer, al menos no en el corto ni medio plazo. Luego, para qué molestarse. Hay tanta gente que podría estar haciendo algo más productivo con sus vidas que buscar formas de causar el terror.
Lo que sea que suceda, esto no va ser bueno para nadie. En la guerra pierden todos, incluso los que no tienen nada que ver con ellas; aquellos que tienen la mala suerte de nacer en el territorio inadecuado. Todo esto me apena profundamente, ¿de verdad no podemos vivir en paz? ¿Tan difícil es solventar las diferencias, aceptarlas y convivir? Si no aunamos fuerzas pronto, está barco se irá a la deriva (el planeta). Sería lamentable que nos pillase muy ocupados buscando formas de matarnos.
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