No sé cuando empezó todo esto pero al principio del embarazo
de Tamy yo no me sentía radicalmente distinto a como me había sentido en el
pasado. Pero ahora sí noto algo fuerte que se mueve dentro de mí en algunas
situaciones y me estremece de una forma no comparable a nada más en la vida, ni
siquiera al sufrimiento causado por un desamor. Es lo que he denominado “sentirme
como padre”.
Alejandro aún no ha nacido pero ya han sido unas pocas las
aventuras que hemos tenido que resolver Tamara y yo por el camino. A menudo,
eventualidades de las que sales del paso como puedes sin más. Este tipo de
situaciones aunque causan cierta confusión a veces son solventables pero
algunas veces las cosas se tuercen demasiado. Lo que nos pasó con el “mal” diagnóstico
de oligohidramnios es el ejemplo de cuanto se puede ir al garete todo en poco
tiempo.
En asuntos médicos, no es bueno fiarse al cien por cien
según qué cosas y tengo claro que en cuanto pueda me haré con un seguro médico
privado. Lo de Seguridad Social está muy bien por eso de que te atienden pero
el servicio no siempre es adecuado. Antes del embarazo de Tamara, yo apenas
había pisado un hospital o centro de salud. Hoy en día, conozco unos cuantos y hasta
sé cómo son por dentro. He pasado tiempo en el Severo Ochoa, Ramon y Cajal, La
Paz, La Princesa y, en el más cercano varias veces, el Hospital del Henares –
cuyas plantas me sé al dedillo y también tengo localizadas las máquinas de café.
Yo apenas me he enfermado en mi vida. Si bien tengo
debilidad por las infecciones de garganta, lo habitual siempre ha sido una
visita rápida al centro de salud y poco más. Esto de conocer hospitales y
centros de salud es algo completamente nuevo para mí. Ahora si puedo comparar
el servicio en varios lugares y puedo decir que como tengas que depender de
Seguridad Social para todo, el asunto se vuelve desesperado en ocasiones.
Incluso en urgencias puedes acabar echando la noche. Creo
que los recortes son evidentes y algo debe hacerse al respecto para que eso se
resuelva. El dinero que pagamos los contribuyentes no es de coña, es contante y
sonante. Por lo tanto, debemos exigir un servicio de calidad. Ah, y adiós al
funcionariado que tanto mal causa. Hay mucha gente en el paro que seguro hace
mejor el trabajo que no quieren hacer bien los médicos que nos han atendido en
algunos sitios.
Como suele decir Juan Cuesta, lo digo sin acritud pero lo
digo. También lo digo como padre.
César P.
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