Analizando la sociedad y otras muchas
otras cuestiones relacionadas; se puede apreciar una sociedad rota,
que ya no respeta ni los más mínimos criterios para no estancarse.
Las llamadas son continuas, los gritos son contundentes, ya no queda
fuerza en el cuerpo de muchas de ellas; en otras, el último hilo de
esperanza se ve roto. Es el caso de aquellas mujeres maltratadas de
las que damos cuenta por los medios, ese siniestro contador que
aumenta cada año y que no retrocede. En lo que llevamos de 2016 la
violencia de género se ha llevado por delante la vida de más de una
decena de mujeres a manos de sus maridos o exparejas.
Esto no parece hacer cambiar nuestra
conducta, seguimos absortos en una nube; muchos dirán que lamentan
estas situaciones; otros tantos no sabrán que opinar; menos de la
mitad de la mitad de todos los anteriores actuará ante este
problema. La mayoría es una audiencia pasiva ante el macabro
espectáculo cuyo desenlace es lo único que se cuenta en televisión.
¿Cuántas mujeres más
han de morir para que esta barbarie sea frenada?
¿Acaso no es tan
importante como otros que están en nuestra vida diaria?
Hemos dejado atrás aquello que nos
caracterizaba, cada vez somos más animales; ¿dónde quedo el uso de
la razón? Aquello de lo que presumíamos y aquello que nos hacía
‘superiores’ ante todo ser andante, volante y acuático de este
plantea: todo ha sido descartado. Ya no queda nada. Vale todo.
“No, si se venía venir. ” - es lo
que dicen muchos cuando ya ha muerto otra mujer. ¿Hicieron algo? No.
Solo escuchar y ver lo que pasaba indiferentes ante el dolor de la
vecina. La sociedad parece que se envilece ante estos actos de
violencia y fruto de esto es el incremento de violencias reportadas.
Muchas de ellas aseguran que todo empezó siendo leve, pero las
palizas se hacen cada vez más constantes llegando al punto en el que
muchas de ellas no logran contarlo más.
Es el momento, es el ahora, es una
llamada que puede salvar una vida. Múltiples campañas reportan este
problema, únete a la causa. Al año miles de mujeres fallecen a
manos de sus parejas; en el año 2015 fueron registrados un total de
52.005 casos de mujeres que sufrían maltrato (datos proporcionados
por el gobierno).
Sin embargo, la realidad es adversa,
más de la mitad de las mujeres maltratadas no denuncian a sus
agresores, son víctimas desconocidas de este daño. Es por eso por
lo que las autoridades piden la colaboración de todas las personas
para afrontar esta ‘enfermedad’ que
se ha generalizado en los últimos años, especialmente en la
comunidad autónoma de Andalucía. Es una llamada que puede salvar
una vida, ¿a qué esperas?, la mayoría no denuncia por miedo a
nuevas palizas o por sentirse presionadas estando bajo amenazas.
Piensa en el futuro que pueden llegar a tener; la empatía puede ser
un don. Cuando una ciudad se rompe el uso de la razón puede sacarla
adelante, elige el camino adecuado.
Ainhoa
A. y César P.
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