15 de febrero de 2016

La termodinámica de la vida


Hace más de un año que no me planteaba hacer algún examen de universidad. Estoy en otro año sabático antes de empezar mi máster, aún no he decidido cuál. Por lo tanto, a menudo me encuentro en una situación cómoda frente a los cálculos que me toca realizar, incluso uso herramientas en vez de hacerlo todo de cabeza o a mano como antaño. Pero el dominio de las ciencias no es cómodo siempre, a veces hay que hacer las cuentas en un plazo de tiempo. Los exámenes son estresantes porque tienes el tiempo en “tu contra”. ¿Acaso es que lo tenemos a favor alguna vez? ¿No es la vida – por definición – una existencia contrarreloj?

El asunto es que al saber cuánto tiempo tienes para entregar tu ejercicio, sufres. De la misma forma, sufrirías sin límite si supieses cuánto te queda en este mundo. Por suerte, pocos lo saben ya que suele ser muy difícil estimarlo. La vida es agradable porque desconocemos el futuro, sería una tortura si llevásemos el destino tatuado en una mano. Pero, los exámenes... a veces parece que te sientas en el pupitre y el profesor ya sabe tu nota, te lanza esa mirada silenciosa a modo de sentencia inaudible. Y lo sabes, vas a sufrir cada segundo hasta que salgas del aula.

Ahora que es época de exámenes veo el estrés rezumando de las cervicales de mis alumnos. Están agobiados y no dan abasto; y eso que la mayoría son de bachillerato. ¡Pobres inocentes que no saben aún lo que les depara en la uni! Ya sabrán lo que es bueno, ya. Pero hasta entonces pueden seguir maldiciendo su destino de bachillerato. Quien ha vivido un examen de termodinámica sí que sabe lo que es bueno. Hay ecuaciones a decenas, hay casos particulares a docenas y hay cálculos interminables que aumentan la entropía de tu cerebro tanto que la producción de calor amenaza con arruinar tus neuronas.

En el fondo les entiendo cuando me dicen que no ven manera de sacar la asignatura. Alguien tiene que encargarse de echar esas cuentas, así es la vida. El primer principio de la termodinámica indica el balance de energía que sucede dentro de nosotros. El segundo, en cambio, expresa cómo se comporta la entropía, esa magnitud misteriosa que parece tener mucho que ver con todo; desde como envejecemos hasta como vemos el paso del tiempo. Lo quieras o no, la termodinámica está en todas partes.

César P.

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