Bueno, Carmena no
sale de una cuando le explota la siguiente en la cara. La última es
el escándalo de los titiriteros pro-etarras que han sido denunciados
por enaltecer al terrorismo en un acto público que – para colmo –
era para niños. No solo era una actividad del ayuntamiento sino que,
además, se suponía una ocasión para pasarlo bien en familia. Qué
sorpresa se llevarían los espectadores cuando las “bromas”
empezaron a tener una connotación demasiado cercana a la realidad
terrorista de España.
¿Libertad de
expresión o enaltecimiento del terrorismo? Mostrar unas pancartas
pro-etarras en medio de una actuación de niños no resulta
aceptable, menos siendo un acto público, menos todavía corriendo de
parte del ayuntamiento de Madrid con dinero del contribuyente. Estos
asuntos se los toma muy en serio la ley por el daño que ha causado
el terrorismo en el pasado a muchas personas que tienen que vivir con
las secuelas tanto físicas como psicológicas. Ahora el ayuntamiento
lanza balones fuera, sí, se harán cargo de la investigación pero
aseguran desconocer el
contenido de la actuación.
Pues el trabajo de alguien era conocerlo al dedillo para juzgar si
era apto para los más pequeños, sus padres y cualquier asistente a
los eventos del carnaval. Luego, alguien no hizo los deberes bien y
debería acabar en la calle por vago/a. Por otra parte, el porvenir
de quienes protagonizaron la representación no parece muy favorable,
ya que les va a caer una buena. Después de esto, creo que pueden ir
cambiando de profesión ya que sus nombres acabaran asociados a la
desagradable escena pública.
Vale que haya libertad de expresión pero así como no se pega a
alguien en una representación tampoco caben ciertas cosas. No vale
todo. Lo que sucede en este país es que muchas veces quienes
traspasan los límites se van de rositas, hasta que ya es demasiado
descaro. Entonces es cuando tienen que vérselas con las
consecuencias legales de su insensatez, falta de empatía e
irresponsabilidad. Me parece muy bien que se escarmiente a estos
señores ejemplarmente para evitar que escenas así se repitan en el
futuro.
Pero, además, espero que también se lleven sendas reprimendas los
encargados de la organización del evento, ya que alegar ignorancia
solo demuestra su culpabilidad; el tirón de orejas se lo merece
desde quien contrató a estos elementos subversivos hasta la misma
cúpula del ayuntamiento por no enterarse de lo que se cuece nunca.
Si es que no ganan para disgustos, les pasa de todo porque no están
preparados para el mando y no saben bien como organizarse.
César P.
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