8 de enero de 2016

Los latidos de mi primogénito


Ya van unas pocas veces que he escuchado los latidos de mi hijo estando aún en el vientre de su madre. Hemos ido unas pocas veces al hospital para comprobar que todo iba bien por allí abajo y hasta ahora no hemos tenido ninguna mala noticia (¡toco madera!) en los más de 7 meses de embarazo de mi novia. Todo va bien. El último asunto ha sido una pérdida de líquido cuya causa desconocíamos pero ha resultado ser algo normal en este último trimestre del embarazo.

Resulta indescriptible la sensación de escuchar por medio de un altavoz los latidos de mi pequeño. Suenan muy fuerte pero sé que son amplificados para los podamos escuchar. Van muy rápido, a todo tren porque es una pequeña criatura y sus latidos son mucho más frecuentes que los nuestros. También resulta fascinante comprobar que se mueve dentro del vientre de Tamara, ya que ella me comenta lo que sucede. Bum, bum, bum, ¡BUM, BUM!, bum bum... Es una patada – me dice Tamy. Baja el sonido del monitor – se está moviendo, me comenta. Me siento un mero espectador de una interacción tan íntima entre ella y yo.

Soy algo así como el jugador del banquillo al que llaman para coger una botella de agua o algo. Ella es quien está jugando el partido todo el tiempo. Mi trabajo es estar ahí de apoyo y ayudar cuando me lo pide. Me siento un poco desconectado a veces. Tal vez por eso me guste escuchar los latidos de su corazón, es como un sonido relajante que te envuelve con su ritmillo. Bum, bum, bum. Me siento más cerca de este pequeño cuando lo veo moverse a través de una ecografía en tiempo real o cuando escucho el trepidante ritmo de su pequeño corazoncito.

Que todo vaya bien es la mejor noticia que tengo ahora mismo. No tenía ningún susto pero la pérdida de líquido no quedaba bien explicada en la Internet, por lo que hemos tenido que venir. A veces hay tantas causas posibles para algún asunto que es mejor confiar en la palabra de los médicos antes de llegar a conclusiones erróneas. Bum, bum, bum. Ya he grabado el sonido de su corazón más de una vez, espero editar este sonido algún día para poder guardarlo y reproducirlo cuando él entienda lo que significa. Tal vez pueda grabar el sonido de sus pulsaciones más adelante y escuchar su evolución a lo largo de los años, sí, soy ese padre. Bum, bum, bum.

César P.

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