30 de diciembre de 2015

La pérdida de la mayoría absoluta


El 20D ha pasado como una tempestad dejando un panorama político variopinto en este país. Por primera vez, PPSOE ha dejado de tener la mayoría absoluta y han perdido escaños para aburrir. No hay nadie con mayoría como para hacer lo que les dé la gana sino que tendrán que hacer pactos. Y eso si no se van a una segunda vuelta, que según parece los ex-mayoritarios no quieren, no vaya a ser que pierdan aún más escaños. Están cagados y me dan más pena que nunca. Ya me daban bastante pena por ser seres rastreros y lameculistas por naturaleza.

Creo que el resultado es positivo en cuanto a lo de negociar y pactar respecta. Es mejor que el poder esté repartido entre varios partidos para que tengan que trabajar en conjunto. Considero que esta situación es más realista en lo que a democracia respecta. Sin embargo, qué pasará ahora, eso está por verse ya que no creo que ninguno lo tenga claro. Simplemente, hay demasiadas variables en juego y no solo dos como pasaba antaño. Ahora PPSOE no puede ignorar la influencia de los demás partidos como antes sí podía hacer sin consecuencias para sus planes.

Por lo tanto, queda por ver como se llevarán las riendas. La situación es completamente nueva en la historia reciente ya que desde el principio de la democracia en este país no ha habido un reparto tan significativo. ¿Veremos una mejora en la calidad de vida? Ojalá. Sin embargo, las cosas empezarán lentamente pase lo que pase, ya que habrá mucho tira y afloja entre los partidos relevantes, que al menos son cuatro ahora mismo. No hay acuerdo entre PPSOE para variar, por lo que podrían irse mucho a tomar... Fanta.

Son unos pesados. Con esto de los ideales y las ideologías ni siquiera hablan entre ellos, automáticamente PP descarta lo que dice PSOE y viceversa. ¡Pues vaya maravilla de políticos! Sin embargo, las nuevas agrupaciones políticas pueden aportar cosas nuevas a esta dinámica bipartidista extinta. Ya iba siendo hora de un cambio en la balanza política del país para bien o para mal, ya que ha quedado claro que ninguno de los ex-mayoritarios ha sido capaz de sacar las cosa adelante por sí solo. En lengua vernácula, son unos inútiles. Lo que más me cabrea es que intentan desprestigiarse en vez de aceptar sus propios fallos, cínicos hipócritas que abusan de demagogia.

César P.  

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