Me he
dado cuenta de que últimamente estoy más susceptible e irascible
con algunos comportamientos de la gente. Antes me fijaba en lo bordes
y/o maleducados que son algunos o algunas pero pasaba porque a mí no
me afectaba o porque me daba muy igual. Pero recientemente han habido
situaciones en las que mi novia se ha visto afectada por esta gente
sin escrúpulos ni principios. Ya sea en el metro, caminando en un
centro comercial o saliendo por el portal; la gente maleducada acecha
por todas partes.
Hoy
mismo, sin ir más lejos, mi novia salía del portal y habíamos
dejado la puerta abierta unos minutos antes. Pues bien, un vecino
había sacado al perro y había cerrado la puerta. Mi novia no podía
abrir porque estaba cargando unas cuantas cosas, yo venía por detrás
con más carga y pude ver como este elemento observaba la escena a
unos metros desde la calle sin molestarse en echar un cable. Que
vale, que sí, que no será su obligación pero tampoco mata hacer el
intento de enmendar una equivocación como cerrarnos la puerta casi
en las narices.
Cuando
vamos en el metro, mi novia tiene que pedir asiento casi siempre
porque pocas personas se levantan incluso si están en la zona de
sitios reservados. Resulta un poco violento tener que pedirle a un
desconocido que se ponga de pie o se busque otro asiento (normalmente
no lo hay disponible en ese momento sino no iríamos a pedirlo en la
zona reservada). ¿He dicho que mi novia está embarazada de medio
año y resulta evidente que necesita ayuda en su condición? Pues ni
así se levantan algunos de donde están sentados.
Hace
unos días, fuimos al hospital a la prueba de la curva de glucosa de
cuatro horas. Pues bien, había un pequeño espacio para quienes se
hacen la prueba con pocos asientos, la mayoría de los cuales estaban
ocupados por las embarazadas que se hacían el test. No solo había
muy poco espacio sino que algunos acompañantes acabamos en el suelo
por falta de asientos. Cuatro horas de pie, como que no. Cuál fue
nuestra sorpresa cuando llegamos y vimos a un señor que no tenía
nada que ver sentado ocupando DOS asientos. Ni se inmutó ante
nuestras miradas y presencia. Tuvimos que pedirle que nos dejase un
asiento al menos y de mala gana recogió SU PERIÓDICO del sitio en
el que no estaba sentado.
Un
poquito de por favor...
César P.
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