Después de los
ataques terroristas ocurrido en la capital francesa persiste un
estado de alarma en varios lugares, como Bruselas o la misma París.
En Madrid, el eco de la amenaza radical islámica también ha
llegado, se ha aumentado la seguridad en el Bernabeu durante el
pasado clásico y otras medidas. Y la paranoia sigue, la gente no
está tranquila. A mi novia le da miedo el transporte público. Yo no
tengo elección así que viajo en Metro, no tengo miedo. Me rijo por
las inescrutables leyes del azar, incluso si pasase algo en esta
ciudad las probabilidades de que coincida conmigo en el espacio y el
tiempo son remotas. Vamos, que habría que tener demasiada mala
suerte.
Me encuentro sin
ánimos de agotar mi suerte, ni de ponerla a prueba siquiera pero qué
puedo hacer. Debo salir a currar y no por lo que ha pasado vamos a
dejarnos llevar por el miedo. No deberíamos. Eso es justamente lo
que quieren que hagamos, que nos achantemos y que les demos vía
libre para sus fechorías. Por no mencionar que no es una guerra
contra el mundo musulmán sino solo contra aquellos radicales que no
tienen escrúpulos. ¿De verdad le parece a alguien justo matar a
inocente que no tienen nada que ver directamente con lo que pasa en
sus países?
Amenazan a la vida
occidental pero hay cosas buenas y malas, como todo en la vida. No
digo, ni diré jamás, que en Europa todo sea color de rosa. Hay
muchos asuntos que deberían mejorarse. Hay demasiada injusticia en
este mundo ya corrompido desde hace tiempo como para añadir más.
Qué necesidad hay de matar a sangre fría a gente que disfruta de su
tiempo libre y que solo tienen la mala pata de estar en el sitio
equivocado en el momento incorrecto. El azar es cruel a veces. Le ha
tocado pagar a quienes no habían hecho nada. La vida es injusta ya
de por sí como para que lo empeoremos con acciones irracionales.
Que haya algunos
con un credo y otros con otro es ley de vida. Así como algunos
piensan que GH es un programa que vale su tiempo de vida
visualizarlo, hay quienes preferimos pensar en cuestiones
científicas. No por eso los segundos buscamos a los primeros con
afán de purificar la Tierra de iletrados. La violencia en gran
escala solo nos llevará a la autodestrucción.
César P.
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