Hablando con algunos de
mis alumnos es como me doy cuenta de cómo andan las nuevas generaciones. Qué
viejo me siento haciendo comparativas así, por cierto. En fin, la conclusión
obvia era que no les interesa estudiar a muchos jóvenes. La menos obvia, y esto
resulta patético por su parte, es que no valen ni para salir de fiesta. Sí,
como lo leéis. Ni para salir de fiesta valen algunos.
Un chaval me ha contado
que si sale de fiesta con sus amigos tiene que tener el día siguiente libre
porque es incapaz de hacer nada. Vaya tela. Al principio, pensé que estaba de
broma pero pronto me di cuenta de que iba completamente en serio. O sea, ya no
se trata solo de levantarse tarde o de tener la típica resaca casual que se
adquiere cuando sales las primeras veces. Ya ni eso, ahora hay que tener un día
de descanso a los 18 años de edad recién cumplidos para volver a ser persona.
Desde luego, el mundo se
va a la ruina si con esa edad no puedes salir a petarlo y levantarte al día
siguiente como si nada. Yo flipo con lo gandules que son algunos y la vagancia
vital que arrastran. El año pasado mismamente salí una noche y al día siguiente
fui a trabajar a primera hora. No sé si dormí menos de 4 horas si llegó. El
asunto no fue divertido, no lo pasé bien, pero fui y lo hice. Y a otra cosa.
¿Qué es eso de estar un día apagado después de salir un poco? Vale, no digo que
haya que salir a correr 8 horas para quemar todas las calorías del cuerpo pero
tampoco hace falta hacer de alfombrilla, ¿no?
Entiendo que para algunos
sea más complicado recuperarse al día siguiente de una fiesta pero tampoco me
parece que sea tan difícil. Lo que pasa con algunas personas es que tienen
mucho cuento y no hacen nada nunca. Ergo, tampoco valen para salir de fiesta. Y
esto ya es preocupante, a este paso España también suspenderá en desfase y sino
al tiempo. Lo que faltaba, los chinos también se volverán los amos de la noche.
Desbancarán a la nación de la siesta y la fiesta como si nada, ya veréis. Los
asiáticos lo hacen todo a otro nivel que un occidental solo puede llegar a
admirar pero nunca igualar, ¿no lo sabíais?
César P.
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