27 de octubre de 2015

Trabajar desde casa en 2015

Me siento cansado de trabajar con personas porque cada uno tiene sus intereses personales y es un auténtico rollo aguantar todo eso. Que si algunos quieren un horario, que si otros no pueden algunos días y prefieren otros, etc. Rollo. Coñazo auténtico. Tortura china. En fin, no es algo grato de aguantar durante mucho tiempo. El año pasado la mayor fuente de mis ingresos provino de clases particulares pero este año estoy cambiando de ocupación progresivamente. Ahora mismo, estoy a un paso de repartir mis ingresos entre trabajo desde casa y clases que doy. Resulta más cómodo trabajar desde casa y hasta más rentable.

Si incluyo el tiempo de mis desplazamientos hasta casa de mis alumnos, lo que gano por hora se reduce a una cifra que no me gusta nada. O sea, no gano a la hora lo que les cobro en realidad. Pero esto lo suelen olvidar muchas personas, quienes exigen unos horarios inusitados o ejercicios adicionales para aprender la asignatura. Esos “extras” no se incluyen siempre en el precio de la clase pero algunas personas creen que sí, que todo lo que piden debe aceptarse sin rechistar. Resulta tedioso estar aguantando chorradas de algunas personas, por eso este año ya no acepto alumnos que encajen en cierto perfil: los que piden “extras”.

Además, estoy dando más bien pocas horas de clase. El año pasado a estas alturas estaba en torno a las 30 horas de clase a la semana – que no de trabajo porque hay que contar desplazamientos siempre. Esta vez estoy en cerca de 20 horas semanales, o incluso un poco menos. Debería buscar más alumnos pero tengo esta búsqueda al mínimo porque estoy más centrado en aumentar los ingresos del teletrabajo. Me he dado cuenta que resulta fiable esto de escribir desde casa, ya que el trabajo no requiere más desplazamiento que sentarme delante del ordenador.


Además, los ingresos por esta ocupación aunque suelen ser más bajos a la hora compensan en volumen de trabajo y en ahorro de tiempo en viajes. Por no mencionar que la comunicación suele limitarse a un par de e-mails para ver cómo van las cosas con el trabajo pendiente. Nadie me estresa mucho, aunque hay de todo en lo de currar por Internet también. De vez en cuando, te encuentras con algún inútil que te hace perder el tiempo en cierta medida o algún listillo que intenta timarte. Son los gajes del oficio, supongo.

César P.

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