Mi
vida sigue pasando por cambios tan inéditos como interesantes. A
pesar de que me he convertido en un responsable currante en cuestión
de meses y de que voy a ser padre en medio año, estoy muy tranquilo
respecto del futuro. Nunca he sido de las personas que se mueren de
preocupación pero lo mío me parece poco habitual, sobre todo si
considero las circunstancias en las que han tenido lugar ciertos
sucesos. Resulta interesante como se presentan las cosas en la vida,
por no decir que parece que no está exenta de ironía.
Sin
embargo, una lucha interna sigue teniendo lugar en mi mente. Desde
hace mucho tiempo he tenido pronto difíciles de aguantar, cuando
algo me cabrea me descargo como un trueno sobre un pararrayos. Esto
es algo que sorprende a algunos, quienes nunca me han visto en esa
faceta, cuando se lo comento. Quienes han tenido que aguantar estos
enfados saben de lo que hablo aunque casi nadie de esas personas
leerá esto. Las he perdido a casi todas por el camino.
Por
una cosas o por otras, he dejado de hablar con ex-parejas e incluso
he perdido a quien se hacía llamar mi mejor amiga hace pocos años.
Los motivos nunca han sido mis cabreos pero sin duda han tenido que
ver en el asunto. Soy un borde y lo admito. Si bien suelo estar
tranquilo, hay muchas cosas que me molestan. Lo curioso es que no soy
un quejica, cuando paso frío me abrigo en silencio, cuando tengo
calor bebo agua pero en ningún caso me quejo a nadie. La cosa cambia
radicalmente cuando alguien hace algo que me molesta.
Pero
no me sale siempre, ya que si no tengo confianza con una persona no
me cabreo como en mis peores momentos. El proyectil va teledirigido a
quienes están más cerca de mi y no es algo grato de ver pasar. En
realidad, he llegado a tener situaciones muy tensas con mi actual
pareja, la madre del bebé que esperamos. Y, ¿por qué? No lo sé,
cuando lo pienso tampoco es para tanto, suelen ser auténticas
tonterías. En el pasado he intentado hacer frente a este asunto pero
no sé si he tenido éxito alguno.
Quiero
pensar que he hecho mejoras en este tema pero me entran dudas en
ciertos momentos. ¿Puedo controlarme más? ¿Necesito alguna forma
de desahogarme? Es posible. Y, mientras, la batalla interna sigue en
curso.
César P.
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