Tengo un serio
problema entre manos y es que apenas estoy trabajando actualmente. A
pesar de ello, el día no me cunde. Es porque estoy perdiendo
demasiado tiempo haciendo cosas que no valen para nada. Vaya tela. Lo
peor de esto es que lo sé desde hace tiempo pero no hago mucho para
remediarlo, me sigo acostando tarde y me levanto casi al medio día.
Un rollo que se repite ya desde hace un mes largo aproximadamente.
Así las cosas, no
puedo aprovechar las horas de las que debería disponer al máximo.
Sin embargo, tengo que hacerlo para cumplir con ciertos plazos de
entrega. Tengo dos o tres proyectos pendientes en los que no puedo
fallar. Sé que los presentaré a tiempo pero me costará porque no
he echado horas desde el principio sino que vengo tirando de dejarlo
para el último momento. Bueno, no del todo ya que aún me quedan
días para estar en la zona crítica pero no ando sobrado. No me
puedo descuidar.
Curiosamente, ayer
mismo leí un artículo realmente interesante de un sujeto que
trabajaba editando contenido para películas como el Señor de los
Anillos y demás. Según
comentaba este señor, él mismo llegó a echar 100 o 120 horas a la
semana. Vivía, comía, dormía y se duchaba en el trabajo, era la
única forma de hacer tantas horas. ¡Dormían en el puto trabajo! Es
más, según indicaba la compañía les traía masajistas o músicos
para ayudarles a mantenerse relajados dentro de lo posible con
jornadas laborales tan extremas. Parece una locura que algunas
personas tengan que trabajar de esa forma para entregar proyectos a
tiempo, según comentaba este señor el asunto se iba de las manos ya
que afectaba a su salud considerablemente.
¿Me
quejo yo de 20 escasas horas que trabajo a la semana actualmente? Si
cuento los desplazamientos, tal vez sean 30 horas o algo por el
estilo, no lo sé y me deprime un poco que solo ir a donde tengo que
dar las clases me lleve tanto tiempo. Es lo malo de tener que
desplazarme hasta mi lugar de trabajo en las clases particulares. Por
suerte, para escribir no tengo que ir a ningún lugar, solo sacar el
ordenador y empezar a teclear. Si disminuyese el tiempo que pierdo
en transporte ganaría mucho en
calidad de vida. Pero como no hay mal que por bien no venga, voy a
aprovechar ese tiempo en leer libros.
César P.
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