Después de
algunos meses de libertinaje nutricional he vuelto a preocuparme por
mi peso y estado de salud. He decidido comer más saludablemente e
incluso volver a hacer ejercicio. Vaya, ¿eh? Ahora que me planteo
esto, me doy cuenta de lo difícil que resulta comer sano, para
variar. Vas por allí, te entra el gusanillo del hambre y ¿qué
encuentras? ¡Fritanga! Si de alguna manera consigues evitar la
fritanga no será sin dejarte un buen cacho de tu cartera. En
resumen, comer sano no solo es jodido sino, también, siempre más
caro.
En muy pocos
lugares consigues algo que no sea fritura grasienta y aceitosa.
Además, si pillas verduras o frutas, suelen estar pochas. Solo si
llegas a primera hora podrás conseguir algo fresco. O cuando
repongan las existencias, claro está. Luego, hay que comer en casa
para mantener una dieta más equilibrada. Por suerte, no me resulta
complicado cocinar pero la situación me limita algunas opciones. Me
gusta tomarme una caña cuando puedo y picar el aperitivo que suelen
poner, ahora tendré que dejar esa costumbre. Tampoco podré abusar
de los cafés, solo dos al día e incluso debería plantearme dejarlo
un tiempo.
Por no mencionar
que debo dejar de tomar zumos manufacturados, ya que están saturados
de azúcares. Me gustan pero resultan una sobredosis de glucosa y más
mierdas que les echan sin cortarse ni un pelo. Nunca he entendido por
qué tienen que añadirle tantos azúcares a ese tipo de bebidas. Por
ejemplo, la Coca Cola de las narices tiene más de media docena de
cucharadas de azúcar por litro. ¿Quién cojones toma tanto azúcar
con el agua? Nadie en su sano juicio. Sin embargo, las bebidas
gasificadas llevan azúcar para un puto regimiento.
Luego nos
preguntaremos por qué es tan jodido bajar de peso o controlar la
línea. ¡No te fastidia! Si no dejas la maldita Fanta de naranja es
normal que tu peso solo aumente. Lo raro es que no acabes siendo un
agujero negro cuando tu masa te haga colapsar sobre ti mismo, algo
que está a punto de pasarle a algunas personas, estoy seguro de ello
y será el fin del mundo. En fin, que he empezado hoy mismo con mi
rutina de comer sano y hacer algo de ejercicio. Unos estiramientos,
algo de abdominales, unas pesas y poco más. Espero que las buenas
intenciones de septiembre sean más duraderas que las de Año Nuevo,
esas fallan más que escopeta de feria.
César P.
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