23 de septiembre de 2015

Por qué es tan difícil comer sano


Después de algunos meses de libertinaje nutricional he vuelto a preocuparme por mi peso y estado de salud. He decidido comer más saludablemente e incluso volver a hacer ejercicio. Vaya, ¿eh? Ahora que me planteo esto, me doy cuenta de lo difícil que resulta comer sano, para variar. Vas por allí, te entra el gusanillo del hambre y ¿qué encuentras? ¡Fritanga! Si de alguna manera consigues evitar la fritanga no será sin dejarte un buen cacho de tu cartera. En resumen, comer sano no solo es jodido sino, también, siempre más caro.

En muy pocos lugares consigues algo que no sea fritura grasienta y aceitosa. Además, si pillas verduras o frutas, suelen estar pochas. Solo si llegas a primera hora podrás conseguir algo fresco. O cuando repongan las existencias, claro está. Luego, hay que comer en casa para mantener una dieta más equilibrada. Por suerte, no me resulta complicado cocinar pero la situación me limita algunas opciones. Me gusta tomarme una caña cuando puedo y picar el aperitivo que suelen poner, ahora tendré que dejar esa costumbre. Tampoco podré abusar de los cafés, solo dos al día e incluso debería plantearme dejarlo un tiempo.

Por no mencionar que debo dejar de tomar zumos manufacturados, ya que están saturados de azúcares. Me gustan pero resultan una sobredosis de glucosa y más mierdas que les echan sin cortarse ni un pelo. Nunca he entendido por qué tienen que añadirle tantos azúcares a ese tipo de bebidas. Por ejemplo, la Coca Cola de las narices tiene más de media docena de cucharadas de azúcar por litro. ¿Quién cojones toma tanto azúcar con el agua? Nadie en su sano juicio. Sin embargo, las bebidas gasificadas llevan azúcar para un puto regimiento.

Luego nos preguntaremos por qué es tan jodido bajar de peso o controlar la línea. ¡No te fastidia! Si no dejas la maldita Fanta de naranja es normal que tu peso solo aumente. Lo raro es que no acabes siendo un agujero negro cuando tu masa te haga colapsar sobre ti mismo, algo que está a punto de pasarle a algunas personas, estoy seguro de ello y será el fin del mundo. En fin, que he empezado hoy mismo con mi rutina de comer sano y hacer algo de ejercicio. Unos estiramientos, algo de abdominales, unas pesas y poco más. Espero que las buenas intenciones de septiembre sean más duraderas que las de Año Nuevo, esas fallan más que escopeta de feria.

César P.

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