Hoy en día, el
mundo es mucho más pequeño que en el pasado. Lo hemos reducido a
unas pocas horas de viaje. Solo hace falta hacer unos cuantos
transbordos para plantarte en las antípodas. Sí, no resulta barato
pero vale la pena, ¿no? Quién no querría conocer muchas cosas que
solo ha visto en las películas o leído en libros. Todo esto ahora
es posible pero creo que la mentalidad de que somos personas del
mundo más que del lugar del que nacimos no está suficientemente
arraigada. Mucha gente se queda donde ha nacido y apenas conoce el
mundo a su alrededor. Personalmente, me resulta un panorama muy
reducido para la realidad en la que vivimos.
Es cierto que
muchas personas no tienen los ingresos adecuados como para poder
viajar de forma habitual. Pero también conozco casos en los que a
pesar de que podrían permitírselo ni siquiera se lo plantean. Yo,
personalmente, no puedo concebir mi vida sin visitar nuevos lugares
cada cierto tiempo. A pesar de poder conocer el mundo, hay muchas
personas que no se plantean hacerlo. ¿Por qué? No lo entiendo. Mi
vida quedó muy influenciada por el segundo gran viaje que hice:
venir a España. Después de eso, solo era cuestión de tiempo que
empezase a conocer todos los destinos que he podido visitar.
Además, siempre
he sido muy curioso, no creo que hubiese estado siempre en un solo
sitio incluso si no me hubiese mudado a otro país. A día de hoy, lo
habitual es que haga al menos un viaje al año al extranjero o dentro
de España. Han habido pocas excepciones en los últimos años,
incluso he llegado a viajar más de una vez algún mes hace unos
pocos años. Recuerdo que llegué a pensar que cogía el autobús
cada vez que subía a un avión de Ryanair. Tampoco es que se
diferencien mucho, sobre todo por el tamaño. Sin embargo, de pronto
dejé de usar esta compañía durante unos pocos años.
Tuvo que ver con
mis itinerarios, ya que Ryanair no viene nada bien si viajas a
Alemania. En su lugar, tuve que cambiarme a Easy Jet. No estuvo mal
el cambio aunque tampoco fue para tanto, solo un poco mejor que la
compañía irlandesa. Por suerte, desde España hay gran cantidad de
destinos a los cuales se puede acceder sin gastar mucho dinero. Otra
cosa son los hoteles, cuyo precio varía en gran medida según la
época del año y el destino. Sin embargo, la experiencia de viajar
casi siempre vale la pena.
César P.
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