Para asegurar un
ingreso, llamémosle, decente muchas personas tienen que compaginar
trabajos. Con un solo empleo no hay suficiente porque los sueldos no
están al nivel que deberían. En España, el pluriempleo es más
común de lo que parece, ya que de otra forma no se llega bien a fin
de mes. Todos aquellos que no han podido seguir estudios superiores
en su juventud tienen que resignarse a pillar lo que les caiga y dar
gracias. Los contratos basura son muy responsables de esta situación
debido a la precariedad que causan en el sector activo de la
población.
Actualmente, los
jefes puede ser auténticos verdugos de sus empleados, las
condiciones laborales son volátiles y sobra gente deseosa de empezar
a trabajar. Esto hace que la competencia sea feroz en muchos
sectores. En mi caso, por ejemplo, me veo seriamente afectado por
personas que regalan su tiempo por precios muy bajos. Con cierta
frecuencia me encuentro con clientes que me aseguran que hay gente
que les hace ofertas más bajas y se quedan en ocasiones por debajo
de los mínimos aceptables. Si bien no siempre es verdad que haya una
contra-oferta, algunas veces sí lo es y eso es lo preocupante de ser
autónomo en mi sector (el de la enseñanza), que hay mucha gente que
se regala.
Lo peor de este
tema es que no se trata de personas que no puedan pagar el precio
habitual, más bien lo contrario. Me he dado cuenta el último año
de que quienes tienen más dinero son los más miserables en lo que a
pagar por servicios se refiere. En cambio, hay personas humildes que
se esfuerzan por cumplir con lo acordado una vez que se ha llegado a
un acuerdo. Por si esto fuera poco, comparten lo poco que tienen
conmigo en ocasiones especiales, como puede ser la Navidad.
Hoy he descubierto
que un conocido al que daba por mecánico también hace de segurata
por la noche. Por lo tanto, tiene un horario un poco raro, mecánico
por el día y guarda de seguridad por la noche. Me he llevado una
sorpresa porque había dado por sentado que este señor se dedicaba
exclusivamente a reparar coches. Pero claro, a su edad no hay quien
le haga un contrato en condiciones y tiene que sobrevivir encadenando
chapuzas. Esta situación es la que viven millones de personas en
este país y el gobierno no parece estar haciendo mucho para hacer
que las cosas cambien.
César P.
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