9 de julio de 2015

Quién se simpatiza con el acallamiento de la mujer


Hablamos siempre de los mismos temas y aceptamos pocos cambios en las conversaciones, eso es un hecho consumado. Que si hay que quitar los símbolos franquistas (por qué no, aunque nada cambiará la historia), que si el orgullo gay y las reivindicaciones (ok), etc. Hoy, he leído un breve comentario de una lectora en el 20 minutos, en esa sección en la que exponen las cartas que envía la gente, sobre lo que han sufrido – y siguen sufriendo – las mujeres. Y sobre lo que nadie habla. Cuánta razón en tan pocas líneas, ya que muy pocas personas se preocupan de hablar de estos temas. En mi opinión, no hay mucho apoyo en lo que a estos asuntos se refiere y debería salir más a la palestra.

También, durante el desayuno, me ha sabido agridulce el donut que he tomado porque en la televisión solo hay mierda en forma de noticias. Todos los días emiten reportajes de gente que maltrata a sus mujeres y las mata, de padres que maltratan a sus hijos, de terroristas que matan gente inocente, etc. Una mierda pinchada en un palo. Acabas hasta los huevos cuando apenas empieza la jornada. Qué cojones, dan ganas de vivir debajo de una piedra como hace Patricio el amigo estrella de mar de Bob Esponja.

Por eso apenas veo la tele, y cuando lo hago me reafirmo en ello. Da asco. No hablan de cómo las mujeres salen adelante en este mundo nauseabundo pero sí rayan con el tema del no de Grecia. Cuidado, han negado las reformas de la UE, ahora son héroes espartanos. Mientras tanto, hay mucha gente que intenta cambiar las cosas pero tienen poca difusión en los medios. Nadie hace caso a los que luchan por la igualdad ni a quienes se dejan la piel en que se minimicen las diferencias de género. Tampoco importa a nadie que haya tantas víctimas de violencia de género, ni que las cifras no empiecen a bajar de una puta vez.

Qué cojones de mundo en el que vivimos en el que los hijos echan de una patada a los padres a una residencia de mayores donde por un módico precio pasan de cuidar de sus propios progenitores mientras los dejan a merced de lo que personas explotadas y malpagadas puedan hacerles. Por no mencionar a los cabrones que matan a sus hijos porque “se rayan”. Ni a los aún más cobardes que se cargan a su familia porque “ya no aguantaban más”. Deberían establecerse las cabinas de suicidio como las de Futurama y que esta gente que quiere joder se quitase de en medio sin llevarse a nadie más por delante. Sería lo suyo.

César P.

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