La gente no agradece lo
que haces por ellos a menudo. Hay demasiado caradura por ahí. Lo peor de todo
es que no solo no se portan bien cuando les ayudas sino que encima sacan toda
la tajada que pueden de forma absolutamente descarada. Hace poco, me he enterado
de cómo le han dejado el piso a una arrendadora que alquiló un chalet a una
familia con cuatro hijos. Estas personas parecían tranquilas pero el resultado
ha cambiado mi opinión inicial completamente.
Por dónde empezar, la
casa tenía prácticamente todo nuevo desde los muebles hasta los
electrodomésticos. Cuando hemos ido a evaluar los daños, el panorama ha hablado
por sí solo. Por un lado, había muebles picados, rotos, quebrados y casi hechos
una ruina. Además, había electrodomésticos inservibles y algunos dañados. Había
objetos rotos o rajados por mal uso y/o golpes. Vamos, que un desastre en pocas
palabras. Resulta lamentable que una casa tan bonita hace unos años haya
quedado casi arrasada por inquilinos irresponsables.
No solo se quedaron más
tiempo del debido sino que agotaron su fianza. Por si todo lo anterior no fuese
suficiente, volvieron al poco tiempo para llevarse algunas cosas que no eran
suyas, como por ejemplo una cómoda muy bonita y que de ninguna forma pertenecía
a esa gente. Por suerte, no pudieron llevarse una mesa de mármol que tiene
motivos muy bonitos de decoración pero lo intentaron, ya que dicha mesa apareció
sospechosamente desplazada dentro de la casa cerca de la entrada principal.
Ahora entiendo de primera
mano a lo que se enfrentan los arrendadores. La gente no cumple los contratos,
se salta los plazos a la torera y encima destruyen el mobiliario con todo su
descaro. Por no mencionar que se apropian de lo que no es suyo en ocasiones.
Además de jorobar la paciencia, roban. Es un panorama bastante desagradable y
hay mucha inseguridad en estas situaciones. Los arrendadores están vendidos
ante los inquilinos con demasiada picardía.
Las leyes no ayudan a los
dueños, más bien apoyan el comportamiento descarado de algunas personas que
quieren aprovecharse de la situación legal. Hay gente que quiere aprovecharse
de los demás y no ve mejor forma que metiéndose en una casa hasta que le da la
gana. Resulta un panorama un tanto desolador y desmotiva un poco que las cosas
funcionen así en este país. Simplemente, no entiendo por qué no se protege más
a los arrendadores.
César P.
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