Estos días el calor ha
pegado fuerte, tanto así que yo mismo me he visto bajo los efectos de un leve
golpe de calor. Me quedé blanco, y eso que lo único que hice es salir a caminar
un rato. Tuve que comer y beber algo con azúcar para recuperar la compostura.
Así que ahora puedo decir que este verano me está tocando… lo que no debe y
acaba de empezar hace poco. La que nos espera es buena este año, eso ya no cabe
dudarlo.
El otro día, hace una semana larga ya, tuve un
anticipo de la que se avecinaba, una amiga encontró un termómetro en el centro
de Madrid que marcaba nada menos que 51 ºC a mediodía. Sí, puede que se haya
recalentado un poco pero el ejemplo es válido, anunciaba lo que nos esperaba
esta semana pasada. El calor ha llegado a los 40 ºC estos días y se ha notado
mucho, todos los aparatos que mantienen las altas temperaturas a raya se han
quejado mucho y con motivo de sobra.
La nevera enfría con
mayor dificultad, el ventilador suelta aire caliente, al aire acondicionado le
cuesta un poco arrancar, etc. Incluso he tenido que ponerle el ventilador al portátil
después de un par de pantallazos azules de los que te dejan con cara de póker.
El calor no tiene piedad con los circuitos de mi ordenador, ni con los de mi
cerebro. Nunca me había visto bajo el efecto de una bajada de tensión por calor
y la verdad es que ahora entiendo tanta precaución con el tema. Con lo que odio
que me duela la cabeza o tener mareos…
Al parecer, el calor está
remitiendo lentamente y en algunos días la situación va a mejorar un poco. No
será para tirar cohetes pero esperemos que se haga un poco más llevadero el
veranito. Y lo que dure, ya que esta ha sido la segunda ola de calor del año,
aún nos quedan todas las demás. Mejor será tener hielo suficiente para lidiar
con las altas temperaturas. La sensación de estar licuándome cada vez que salgo
a pasear se hace un poco cansina.
El verano es lo que
tiene, tanto desearlo durante el invierno invoca los demonios. Cuando el sol
pega, casi prefiero que volvamos al invierno, al menos eso se arregla poniendo
más capas. En cambio, el calor no se resuelve pelándote como las cebollas, no
puedes deshacerte de tu propia piel por desgracia.
César P.
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