27 de junio de 2015

Sobre la falta de patriotismo en España y cuándo ya está bien

Vale que este no sea el mejor país del mundo, vale que no tenga ni los mejores políticos, ni la mejor gente, ni sea boyante en calidad de vida; vale que España esté un poco jodida después de la crisis y le cueste remontar pero de ahí a renunciar a considerarse español (a quienes les corresponda), vale ya, ¿no? A menudo, escucho a españoles afirmando “yo es que no me siento español, me siento del mundo o de cualquier lugar”. A menudo, se dan casos como el entrenador de la selección femenina de fútbol, quien cree que puede menospreciar públicamente el himno nacional sin que pase nada; este tipo de situaciones se repiten demasiado a menudo.

Vengo de un país, Perú, en el cual ni se insulta a la bandera ni se lo piensa uno cuando hay que cantar el himno nacional, porque sí, el nuestro tiene letra y es muy bonita, además. Hace años, cuando me sumergí en la cultura española empecé a ver esos nacionalismos y la división interna que hay en esta nación, que tienen sentido por una parte por la historia española, cuya identidad está formada por varias culturas que comparten un territorio común. Sin embargo, no llegué a calar a fondo hasta dónde llegaban esas rupturas. Hasta hace poco, no me di cuenta de que el fraccionamiento es más acusado de lo que pensaba.

Hay quien de verdad se cree que Cataluña o el País Vasco deban escindirse de España. Hay quien de verdad apoya esos nacionalismos. También hay personas que hacen defensa de estas ideologías públicamente. Y sí, una cosa es la libertad de expresión pero, ¿no se está dejando que llegue demasiado lejos todo esto de “expresar” lo que se piensa? Llamadme raro, pero en mi país los movimientos “nacionalistas” se limitan a cuatro personas que se quejan en algún sitio, aunque están disconformes con la nación peruana nunca tendrán poder suficiente como para ostentar una influencia a escala nacional.

Aquí, en cambio, los catalanes tienen unos privilegios, los vascos otros, los andaluces… etc. ¿Y nos extrañamos – si es que alguien lo hace – de que este “proyecto” de país se hunda por su propio peso? Digo proyecto no porque dude que España es un estado sino porque el enfoque es incorrecto a todas luces. No se puede intentar sacar un país adelante y al mismo tiempo permitir de en cada rincón la gente tire para su lado, es una incongruencia que no se sostiene.


Y así sucede, en España las cosas se van de las manos demasiado, la gente no tiene un patriotismo mínimo, el país les da igual. Luego, cuando toque luchar por sacarlo adelante, les da igual. Entonces, cuando haya que marcar la diferencia solo cuatro españoles que se lo curran lo harán y los demás pasarán, porque ese es el verdadero deporte nacional: pasar de todo. Lamentable.

César P.

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