Pues nada, en mis
peripecias cotidianas he metido la pata de formas que no habría imaginado
siquiera posibles hace unos meses. Lo que he aprendido es que más te vale que
Hacienda no te tenga en el punto de mira, más te vale. Hace unos meses,
inocente de mí, se me pasó presentar mi declaración trimestral y la presenté
como con un mes o dos de retraso. Además, para más inri, no presenté la
declaración del IRPF a tiempo (la del año pasado). Puedo aludir desinformación
o despiste pero ninguna de esas excusas vale de cara a la Agencia Tributaria,
obviamente.
Hoy, me han llegado las
cartas con las sanciones correspondientes que, por suerte, están en plazo de
reducción así que pagaré bastante menos de lo que esperaba. Sin embargo, 100 €
por no presentar un papel a tiempo se me hace un poco duro. Y como no presenté
a destiempo uno sino dos, toma ya… En fin, cuando pasé de informarme de ello,
de verdad pensaba que no estaba obligado a presentarlo porque decidí creer a
quien me informó en primer lugar en la oficina en la que me di de alta como
autónomo. Craso error.
Pues nada, he aprendido
que mejor es llevar las cosas al día mediante un gestor, en mi caso una
gestora. Así, aunque pagues más, por lo menos lo presentas bien y a tiempo. Eso
sí, es un poco jodido intentar desgravarte varias cosas y se presenta un poco
chungo el tema pero lo voy a intentar de cara a mi próxima declaración
trimestral, a ver si cuela. Total, por probar que no sea, ¿no? Eso sí, eta vez
no se me pasan los plazos, aunque tenga que volar de un sitio a otro.
De los errores se
aprende, eso es cierto. Aunque no dejo de tener la sensación de que últimamente
cometo demasiados. ¿Me he vuelto descuidado? ¿He perdido esa desconfianza que
antaño me llevaba a meditar las cosas antes de hacerlas? Creo que me gusta
tirar los dados a veces y, como dictan las leyes del azar, a veces sale a ganar
y otras veces a perder. Tal vez debería guardarme los dados algunos meses, ya
que va tocando ahorrar dinero de forma lenta pero segura. Eso sí, jugártela es
mucho más divertido que ir con pies de plomo por la vida, de eso no cabe duda. Mejor no jugar con Hacienda, sin embargo.
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