16 de junio de 2015

El sprint final antes de las merecidas vagaciones

Estamos en época de exámenes otra vez y se nota el sufrimiento de algunos alumnos, quienes tienen que recuperar son los que lo pasan peor. La presión está sobre ellos, ya que de un último examen depende que estudien durante el verano o no. En algunos casos, la recuperación es más un trámite que una oportunidad, quienes lo llevan muy mal poco o nada podrán hacer para sacárselo en junio. Para los de instituto, ya para septiembre.

Aunque con el verano de por medio, flaco favor les hacen las recuperaciones a la vuelta de las vacas. Durante este periodo, los alumnos suelen olvidarse de gran parte de los contenidos que tanto les ha costado aprender durante el año escolar. Resulta un poco frustrante, además, que las fechas de los exámenes globales estén tan apretadas unas con otras. Todas las recuperaciones se hacen en dos o tres días, para todas las asignaturas y todos los cursos. ¿Y si te queda más de una?

Pues te jodes a base de bien. Hay quienes tienen la mala suerte de encadenar varios exámenes, para cuando terminen el último ya no sabrán ni su nombre. Siempre me ha llamado la atención que esto esté organizado de esta forma, puesto que me parece el sistema que dificulta más la recuperación a los alumnos con mayores dificultades. Si tienes que hacer uno o dos exámenes y no te juegas nada, pues da igual. Pero si tienes que recuperar un par de asignaturas con mucho temario, lo llevas claro.

Sin embargo, y casualmente, parece que el sistema está hecho así para que los profesores tengan menos curro en la organización de los globales. Así también consiguen tener que corregir durante un periodo más corto de tiempo, todo de una vez. ¿Prima la comodidad de los docentes sobre la de los alumnos que se juegan el curso en algunos casos? Resulta ofensivo que las oportunidades que se les dan a estos alumnos no estén organizadas de forma tal que hagan que la experiencia sea más llevadera.


Toca meterse el atracón a estudiar para sacar el curso adelante. Si cuela, bien, y si no, pues a septiembre. Algo similar pero a otra escala sucede en las universidades, a veces se portan dejando días entre los exámenes. Todos sabemos que un temario de universidad no se aprende en unas pocas horas, requiere mucho más tiempo. Cuando te quedan 2-3 días entre exámenes, estás en la gloria. Todos queremos que acabe junio cuando antes.

César P.

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