A menudo pasamos por alto las cosas más pequeñas. Vamos de largo por ahí dejándonos
llevar por la rutina y no nos detenemos a ver lo que nos rodea porque la inercia
nos tira para adelante. Ese es el estilo de vida que vivimos muchas personas,
es complicado hacer un alto en el camino a menudo pero no es imposible. La
alegría, en realidad, está en lo pequeño.
Para ser feliz, hay que disfrutar de todo lo que se hace o de la mayor
parte de lo cotidiano. De otra forma, la vida pasará por delante de nosotros
sin que podamos meter baza. ¿Es eso lo que queremos que pase? Está claro que
no, tal perspectiva resulta muy frustrante. ¿Cómo cambiar esta tendencia actual
a vivir a toda velocidad?
La clave reside en un cambio de esquemas. Hay que tomarse un rato en medio
de todo el ajetreo, hay que disfrutar tanto como se pueda. En caso de no
hacerlo, todo cuanto hacemos va a conseguir más bien poco por nosotros. Es
complicado no seguir la inercia de la sociedad pero no es imposible. Hoy en
día, se ha perdido la individualidad en gran medida, todos recibimos muchas
influencias colectivas, demasiadas como para que tanta información nos deje ser
nosotros mismos en ocasiones.
Esto resulta preocupante, ya que cada individuo debe desarrollarse para
llegar a ser lo que quiere en esta vida o lo que puede ser. Truncar ese
crecimiento genera mucho dolor. ¿No es eso lo que pasa hoy en día tal y como
van las cosas? Lo que queda claro es que con una crisis como la que nos ha caído
las posibilidades de de realización personal han medrado.
A veces, algo tan simple como tomarse un pequeño respiro es más que
suficiente para recobrar esa energía que tanto nos hace falta. Si necesitas una
ayuda adicional, tal vez debas considerar algunas vitaminas para reforzar tu
estado físico. Te sorprenderías de lo que puede ayudarte un complejo vitamínico
cuando estás un poco alicaído. Para todo lo demás, trabajo mental. No solo se
trata de ser fuerte de cara a los demás, hay que serlo desde dentro.
Las personas que nos rodean a menudo nos lo ponen más difícil para estar en
equilibrio. Están cabreados y tienen motivos pero no es nuestra culpa,
recuérdalo. Por mucho que alguien lo pague contigo, debes – y puedes - encontrar
la forma de que no te afecte. Be happy, my friend.
César P.
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