En toda la
península, hemos pasado una semanita subida de temperatura debido a
la ola de calor que ha castigado al país sin piedad. Casi nadie se
libró de sufrir el sofocante calor como si se tratase de pleno
agosto. Por suerte, hace un par de días el mercurio ha bajado
notablemente pero más vale que aprovechemos lo poco que va a durar,
ya que se prevé que en una semana larga o dos a lo sumo el calor
vuelva a arremeter con furia.
En cualquier caso,
ir en chanclas por la calle no está nada mal, me recuerda a mi
escapada a la playa de hace unos días (lo echo de menos, snif). Lo
que resulta innegable es que el frescor que sentimos estos días nos
viene de lujo, en contraste al sofocamiento de las pasadas jornadas.
Para quienes nos pasamos el día de un lugar a otro, todo un
privilegio. Además, si a eso le sumamos la escasez de personas en el
suburbano, casi me siento como en casa. En Madrid, los puentes se
notan y mucho, son las fechas del año en las que la ciudad se hace
mucho más habitable.
No solo hay menos
atascos sino que hay más espacio vital, ese privilegio que nadie
tiene en hora punta. Aunque solo dure este fin de semana hasta nuevo
aviso, hay que disfrutar de las pequeñas cosas que son las que hacen
que la vida sea multicolor. Hasta parece que el polen ha dejado de
dar la lata estos días, aunque creo que solo me pasa a mí, ya que
las personas con las que me cruzo no dejan de toser todo el tiempo.
Supongo que mi tratamiento a base de miel de calidad ha surtido
efecto: he dejado de sufrir por la alergia y no tengo irritación en
las vías respiratorias.
Si alguien que lo
pasa fatal por el polen y la contaminación del aire está leyendo
esto, tal vez debería probar las maravillosas propiedades de la miel
de abeja. Eso sí, antes de quejarse de que no funciona, sugiero
probar más de una miel y buscar siempre aquellas que son de buena
calidad. Aunque salga más caro, vale la pena lo que se gana en
comodidad al respirar. Además, resulta mucho más saludable paliar
el malestar estacional de forma natural que tomando medicamentos.
Este finde acaba
San Isidro y, de paso, lo bueno de tener una ciudad semivacía. A
partir de este lunes, volveremos a ver mogollón de gente por
doquier. ¡Ya puedes ir saliendo para disfrutar de Madrid con más
libertad! Quedan solo unas horas de fin de semana, ¡¿a qué estás
esperando?!
César P.
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