6 de mayo de 2015

El aborto: un cambio de paradigma es necesario

En pleno siglo XXI, me resulta difícil de concebir que aún haya tantos países en los que no se permite el aborto bajo ningún concepto, ni siquiera en caso de violación y malos tratos. Hoy, he leído una noticia de lo más increíble sobre una niña de 10 años que va a dar a luz en Paraguay porque el Gobierno de su país no ampara el aborto. Lo más inverosímil ha sido que la resolución se escudaba en salvaguardar la salud de la madre y el feto. ¿Acaso no saben el riesgo que supone dar a luz a tan corta edad?

Lo peor del asunto es que miles de menores de edad dan a luz en Paraguay cada año como producto de abusos sexuales. La gran mayoría de estos casos no se denuncian porque la sociedad considera que “no es para tanto”. Las mujeres viven una situación de inseguridad absoluta en los años de adolescencia en lo que a su salud física y mental se refiere, ya que tener un hijo no consentido es un duro golpe para estas jóvenes.

El cambio de chip es necesario en muchos países. En realidad, es una necesidad a nivel mundial, ya que aún hay demasiadas sociedades que siguen manteniendo leyes prohibitivas con respecto al aborto. No es que yo justifique ni defienda el uso desmedido de esta práctica, todo lo contrario, creo que debe hacerse un uso justificado siempre. Obviamente, la locura de hace unos años en España tampoco me parece buena idea, cuando se permitía a menores abortar sin que lo supiesen sus padres.

Ningún extremo es bueno en este caso aunque muchas naciones optan por la vía más conservadora, con lo que ello implica para tantas jóvenes que tienen que pagar los abusos cometidos haciéndose cargo de sus hijos. ¿Es esto justo? ¿No debería haber más opciones para quienes son víctimas de violaciones? Hay que recordar que las mujeres son las más afectadas con estos comportamientos violentos en las sociedades que los amparan.


El machismo está detrás de esto pero la inacción es igual de responsable. No denunciar, mirar para otro lado, pasar del tema, etc., son comportamientos que protegen a los abusadores. La controversia que gira siempre en torno al aborto lo convierte en tabú o en un tema para el cual solo hay posturas radicales y así no se puede dialogar. Sin diálogo, no habrá cambio de paradigma.

César P. 

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