23 de abril de 2015

Ya queda poco para el verano


Empieza a notarse el calor estos días en la capital, las chaquetas y abrigos sobran a partir del mediodía. Todo el mundo sale a la calle un poco más ligero, expectantes ante el verano que está por llegar. Ya solo un mes nos separa del comienzo de la estación más esperada del año: la de vacaciones. Sin embargo, es la recta final, muchos estamos cansados y apenas podemos seguir el ritmo algunos días, es el sprint definitivo lo que nos queda para tener el merecido descanso.

La verdad es que no sé qué resulta más frustrante, pensarlo o no pensarlo. Aún me quedan tantas cosas por hacer hasta poder disfrutar del verano que resulta un vano consuelo que solo quede un mes, aproximadamente. La perspectiva de tener que acabar todo lo que tengo en curso es un poco agobiante, en el ámbito académico y profesional. Me gustaría levantarme mañana y que ya fuesen las vacaciones, pero sé que no va a ser así de fácil. Queda lo más duro de todo el año.

Tan cerca pero tan lejos, al mismo tiempo. Hay días en los que las horas se vuelven más largas y el hastío se apodera del alma. Es el calor, que medra por todos los resquicios de las habitaciones encontrando su camino hasta nosotros a lo largo del día. Es imposible escapar de esa sensación de sofoco en algunos lugares. Curiosamente, he oído la queja ¡qué frío! Unas cuantas veces estos días, lo cual contradice mi hipótesis de que hace calor. Tal vez para algunas personas aún haga frío en Madrid pero a mí cada día me parece que es lo que menos hace en esta ciudad.

Cada mañana, la chaqueta me sobra más de lo que me hace falta, la llevo a cuestas por el y si hace viento o frío de pronto. Nunca se sabe, aunque diría que cada día parece más claro que el buen tiempo ha llegado para quedarse. La prueba de ello es que se puede caminar la mayor parte del día en camiseta. Hace unas semanas, cuando se llevó a cabo el cambio de hora de verano, estuve un par de días especialmente somnoliento y taciturno incluso a mediodía. Este año el cambio de hora me ha afectado un poco pero el buen tiempo me viene bien: me da alegría. Parece que nos hemos librado de las inclemencias, por ahora.

César P.

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