La celebración de la semana santa se remonta a tiempos
inmemoriales en los que empezó a recordarse el calvario de Jesucristo desde que
entró en Nazaret hasta su victoria sobre la muerte, la resurrección y
ascensión. Desde entonces, muchas cosas han cambiado pero la celebración se
mantiene desde hace cientos de años. Desde luego, las cosas han cambiado mucho
en el mundo desde que vivió el personaje histórico que se conoce como Jesús.
Hoy en día, muchas personas pasan de la celebración de
semana santa, lo único que les importa con relación a esta fecha es que hay
vacaciones. Es más, hay mucha ignorancia sobre el tema, estoy seguro de que un
porcentaje importante de la población no sabe ni a qué viene la semana santa,
es solo otra cosa más de los cristianos. No
es de sorprender si tenemos en cuenta la cultura del pasotismo en las que
estamos sumergidos hasta las trancas.
Respeto las decisiones de la gente pero hay comportamientos
que me resultan tan irresponsables como innecesarios. Por ejemplo, aquellas personas
que van a misa y se golpean el pecho con una mano de cara al público pero, a
continuación, pasan del tema en fechas
como semana santa. No aguanto las hipocresías como norma general y menos, si
cabe, cuando no viene a cuento.
Los falsos creyentes así como los falsos profetas también
existían en los tiempos de Jesús. Hay cosas que no han cambiado mucho desde
hace un par de milenios. Resulta inaceptable que después de tanto tiempo no
hayamos superado los principales defectos de las personas, creo que tenemos
mucho que pensar al respecto. A estas alturas, ya deberíamos estar a otro nivel
socialmente hablando pero poco se ha conseguido en ese respecto.
Sigue habiendo ricos que cada vez son más ricos y pobre cada
vez más pobres. El lento abandono de las tradiciones nos abre un mundo de
posibilidades pero la pérdida de valores es un serio problema para nuestra
sociedad. Creo que como consecuencia del creciente liberalismo, actualmente hay
un vacío que debe ser llenado con algo que nos sirva. Sin embargo, no estamos
haciendo las cosas bien.
Se necesita un sistema de valores sólido para construir una
sociedad estable. Es un hecho que cada colectivo hace las cosas a su manera
aunque hay normas comunes. Otro hecho indudable es que en España no se ha
construido ninguna sociedad con buenos valores. ¿Vamos a aprender de nuestros
errores o seguiremos mirando a otro lado cada nuevo viernes santo?
César P.
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