Debido a
caprichosos vaivenes del destino, he visto algunos minutos del
dichoso programa “Supervivientes” que se dedica a colocar a
algunos famosos de España en una isla perdida en el Caribe para ver
qué es lo que pasa. Tras observar como un grupo de personas se
tiraba al barro por algún motivo (una prueba de valor o algún rollo
parecido) y fracasaban tristemente intentando hacer fuego al estilo
primitivo, sin instrumentos ni ayuda alguna, me ha surgido una
pregunta inevitable: ¿nos aburrimos tanto que tenemos que ver como
otros lo pasan canutas en una isla para entretenernos?
Tengo entendido
que en anteriores ediciones del programa iba cualquier hijo de vecino
pero ahora les ha dado a los productores por poner a famosos, será
que tira más audiencia que si va gente desconocida. El caso es que
esta gente está allí porque muchas personas ven lo que pasa desde
la comodidad de sus hogares y les mola ese rollo. Sí, es otro tipo
de reality más que meter en el saco interminable, en pleno apogeo de
este estilo de show en hora punta, no me sorprende en absoluto.
Además, este programa en particular lleva ya unas cuantas ediciones,
por lo que parece que la idea resulta del agrado de mucha gente.
Ya que estamos,
¿por qué no los mandan a un cráter o al desierto? Le veo sentido a
muchos programas en la televisión, como aquellos en los que vemos a
gente aprendiendo cosas (a cocinar, por ejemplo) pero este asunto de
sobrevivir como se pueda en una isla creo que roza un par de límites
preocupantes, por un lado, el del aburrimiento colectivo y, por otro,
el de la morbosidad. Por no mencionar que es telebasura dirigida a
quienes se divierten cotilleando a otras personas. Debo confesar que
algunos de estos programas tienen un poco de gancho pero,
personalmente, a mí me aburren a los pocos minutos.
Entiendo por qué
tienen tanta audiencia y no sé exactamente qué es lo que me
preocupa más, si el hecho de que haya tanta gente viendo algo así o
el evidente hecho de que quienes se dedican a hacer este tipo de
cosas sigan bombardeando las mentes de tantas personas con contenido
vacío. Cuando pienso en estos escabrosos asuntos, me reafirmo
infinitamente en mi distanciamiento de la televisión, en la cual
solo veo películas o las noticias, y esto segundo con discreción.
Hay mucha mierda llegando a nosotros en forma de ondas
electromagnéticas y la verdad es que entre las consecuencias no
distan mucho de que alguien nos estuviese friendo el cerebro con
radiación.
César P.
No hay comentarios :
Publicar un comentario