Este año la semana santa no está siendo eclipsada por las
nubes de lluvia como suele pasar a menudo. Todo lo contrario, las lluvias se
han marchado solo un poco antes de la mayoría de las ciudades del país, solo en
Cataluña hay probabilidad de lloviznas. En Madrid, en cambio, estamos con un
sol de verano que pega con fuerza. Tanto así que ya no hace falta ni una ligera
chaqueta para salir por allí, hace un tiempo de muerte.
Los más devotos, sin embargo, la van a pasar un poco
canutas. Está sí que está siendo una semana para eximir los pecados, o, al
menos, soltar todas las toxinas fuera del cuerpo. Las procesiones vana a salir
sin problemas, ya que este año ha coincidido con el tiempo más estable que se
podría desear. Llega a caer un poco antes y hubiese sido otra semana santa
pasada por agua, pero se ha librado por cosa de una semana o dos como mucho.
La luna llena que tenemos ahora en el cielo es la
responsable no solo de colocar la fecha de la semana santa en el calendario
sino también del buen tiempo que disfrutamos. En cualquier caso, las cofradías
tendrán que hacer frente a un calor veraniego mientras cargan las imágenes de
las procesiones. Ir de penitente es lo que tiene, si no sale la procesión por
mal tiempo lo pasan mal pero si sale, casi que también. Obviamente, la gracia
de todo el asunto está en que haya procesión.
Pasar meses planificando una de estas celebraciones para que
se tenga que cancelar es un varapalo importante para los más fervorosos. Afortunadamente
para muchos, este año se puede celebrar la semana santa en todo su esplendor,
todo depende de la devoción de cada uno. Lo que prefiero de la semana santa son
los postres que aparecen por estas fechas y, en ocasiones, algunas de las
películas que echan siempre – me gustan
los clásicos.
Para muchas personas, la semana santa solo es una fecha en
la que tienen tiempo libre para ir de viaje. Estar de vacaciones no viene mal,
ya que queda poco para finalizar el curso escolar y “el sprint final” está al
caer. Es el último descanso para los estudiantes que debemos hacer frente a
exámenes, trabajos, prácticas, etc a la vuelta. Como suele pasar, lo bueno dura
poco. A disfrutar de lo que queda, el finde santo.
César P.
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