13 de marzo de 2015

Rouco Varela vive como “dios”


Siempre he tenido un problema de comprensión con la austeridad que profesa la iglesia católica a pesar de que sus altos cargos viven rodeados de lujos. ¿No resulta esto un poco contradictorio? Después de todo, Jesús – según dicen las Escrituras – vivió una vida pobre siendo el hijo de un carpintero en aquellos tiempo hace nada menos que dos mil años. Y era el hijo de Dios, además de una de las formas de Dios mismo. Qué derecho tienen los servidores del dios cristiano, entonces, a vivir tan cómodamente, es la pregunta que me persigue desde hace tiempo.

Cuando he intentado obtener alguna respuesta por parte de un miembro de la Iglesia Cristiana, he fracasado o me han dado evasivas. Lo habitual es que se rían, porque pensarán lo mismo que pensamos todos, supongo: que viven bien porque pueden. A pesar de que las lecciones de la Biblia nos exhortan a mantener una vida austera y libre de pecado. Por no mencionar que la avaricia es uno de los siete pecados mortales. Pues bien, tal y como se presentan las cosas parece ser que los siervos del Señor tienen más lujos de los que deberían.

¿O es que tienen derecho a vivir con las comodidades que sabemos que tienen mientras hay muchas personas que malviven en el mundo? ¿No sería más coherente con sus enseñanzas dar a los pobres gran parte de lo que tienen para compensar un poco la balanza? Igual es más fácil decirlo que hacerlo, nunca mejor dicho. Al fin y al cabo, quién no quiere vivir como dios, ¿verdad? Tal vez de ahí venga la conocida frase, de como viven los altos cargos de la iglesia, ya que – desde luego – no hace alusión a como vivió Jesús, el Nazareno.

Es posible argüir que el Papa y los cardenales prestan un servicio espiritual de suma importancia a muchas personas, tanto como para merecerse la comodidad que les rodea. Es posible, pero creo que uno cae por su propio peso intentar defender lo indefendible. En el otro lado del mundo, los monjes tibetanos llevan una vida austera por definición y sirven de guías espirituales para miles de millones de personas de Oriente. Algo falla, desde luego, en el sistema eclesiástico en Occidente. Es posible que el capitalismo también haya hecho mella en la iglesia...

Según algunas fuentes, el cardenal Rouco se ha retirado a una vivienda de alrededor de 400 metros cuadrados, un ático cuya reforma costó más de medio millón de euros al arzobispado en la cual vivían anteriormente varios curas pero que ahora es la residencia exclusiva del cardenal. Desde luego, lo de predicar la pobreza con el ejemplo no va con estos señores, yo veo demasiada casa para una sola persona y está claro que no se trata de ninguna situación de fuerza mayor, me parece un despropósito. Otro lujo que se paga en parte con dinero del contribuyente.

¿Dónde queda lo de dar de lo que no se tiene al prójimo por poco que sea? Me parece que falta humildad en el ámbito religioso, ya que los únicos que realmente cumplen con la austeridad son los curas que trabajan mucho y ganan para sobrevivir. Esa sí que es una vida de sacrificio para el prójimo y lo demás postureo.

César P.

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