8 de febrero de 2015

El NO de las Grecias


Después de la victoria de la izquierda radical en el país heleno, lo primero que han hecho el nuevo gobierno es salir de gira por Europa para renegociar la deuda griega. El viaje no ha tenido casi ningún éxito debido a que nadie confía en este país, que lleva años hipotecado hasta las trancas y barrancas. El asunto de la deuda griega es un ejemplo inefable de cómo no hay que hacer las cosas, si bien la culpa no ha sido – desde mi punto de vista – exclusivamente de los griegos.

La mejor cura es prevenir antes que lamentar, en los negocios sucede lo mismo. Si dejamos que el barco se hunda, sacarlo a flote es la empresa más difícil que podemos plantearnos. Lo que sucedió con Grecia es que Europa dejó que fuese a su aire más de la cuenta y cuando saltaron las alarmas de verdad ya era demasiado tarde. Más bien, deberían haber echado freno a comportamiento financieros de alto riesgo que se fueron desarrollando a lo largo de los años antes de que el asunto explotara.

De la noche a la mañana, el dinero salió de Grecia y se perdió la liquidez. Por una parte, no se podía frenar este movimiento porque se trataba de dinero privado y vulneraría la libertad de los individuos pero, por otra, siempre se podría haber tomado las suficientes precauciones como para que la situación no se fuera de las manos. Que es lo que acabó pasando cuando se perdió la liquidez en el país heleno. Este problema se ha mantenido a lo largo de los trimestres de forma inexorable y, ahora, el nuevo gobierno ha intentado que se les eche un cable con el asunto sin mucho éxito, como cabía esperar.

O sea, que Europa no evitó que Grecia se arruinase y, después, lo que ha hecho es hipotecar el país en forma de la deuda que tienen que pagar actualmente. Ya no se conceden más plazos ni ayudas para que los griegos lo lleven mejor por el simple hecho de que nadie se quiere jugar su preciado dinero tan duramente ganado en un pseudo agujero negro financiero. Y, mientras, los griegos lo pasan canutas.

Tanto así que Grecia se ha llegado a plantear escindirse de la Unión Europea, ir por solitario hasta remontar y después ya vería qué hacer. Lo que sucede en la UE es que los que parten y reparten el pastel están siendo un poco muy pesados con los países que están en la ruina, que casualmente son los países mediterráneos casi al completo. Pues bien, con mano dura la cosa tampoco va mejor, ya que los países que peor parados han acabado tras la crisis siguen estando jodidos.

Creo que algo falla en la UE y no me parece que sean las medidas económicas o políticas, sino la mentalidad de las personas. No se puede regular la idiosincrasia de la gente por muchas leyes que se aprueben, ni se pueden anular las prácticas irresponsables de otra forma que no sea haciéndolas imposibles, ya que siempre aparece el típico listillo que se las apaña para hacerse con lo que no es suyo fastidiando a mucha gente. Luego, éste se larga con todo el dinero que ha guardado en un paraíso fiscal y los que se quedan detrás tienen que encarar el vendaval.

Creo que la UE debería plantearse actuar a un nivel más elemental en todos los países miembros, desde la educación de los jóvenes, para evolucionar con el paso de los años a una sociedad europea con mejores valores. Si cada loco tira por su lado, todos acabamos mal, esa es la moraleja de todo este problema aún no resuelto llamado crisis.

César P.

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