Según las tiendas, ya estamos en entretiempo, por lo que apenas
quedan existencias de abrigos o chaquetas que nos cobijen en la
cantidad deseable de este frío invernal que ha venido para pasar el
rato en la capital. En las calles, sin embargo, la realidad es un
poco distinta. Lo usual es que la gente vaya envuelta por varias
capas, metiendo la cabeza debajo de una bufanda u ocultando medio
rostro bajo un gorro. Si bien parece que va a empezar a hacer un poco
menos de frío, no creo ser el único que mira escéptico a través
de la ventana antes de salir a la calle mientras está decidiendo lo
que ponerse.
Diría que ha hecho más frío que otros inviernos aunque no he
mirado la estadísticas como para llegar a una conclusión. Si
alguien lo ha hecho, es libre de dejar un comentario sobre el asunto.
Es posible que mi opinión sobre este tema se va parcialmente
condicionada por el hecho de que este año he pasado bastante más
tiempo, de media, fuera de cada que otros, por lo que he pasado más
frío se mire por donde se mire.
Hablando con otras personas sobre este invierno, algunos me han dado
una opinión similar a la que sostengo actualmente. Cuando acabe la
época de frío consultaré la información al respecto para ver si
este invierno, según las cifras, ha sido más frío o solo es una
idea que se ha alojado en mi cerebelo.
Lo que sí es un hecho es que cuando debería haber empezado a hacer
frío, es decir, en Diciembre-Enero apenas se ha notado y no ha sido
hasta hace poco que las temperaturas han tocado el mínimo en la
región. Desde hace unos días, para alivio de todos, el mercurio no
se encuentra tan bajo, las jornadas se hacen bastante más llevaderas
aunque aún no podemos fiarnos del todo de que no vaya a haber otra
bajada de temperaturas inesperada. En las tiendas, ya se ven prendas
ligeras que anuncian la llegada de la época de entretiempo, cuando
el tiempo es un tanto ambiguo, o bien hace más frío, o bien menos.
Nunca se sabe en este periodo del año.
Mientras, muchos árboles se alzan desprovistos de hojas, siendo solo
los de hoja perenne los que aportan verdor a las calles de la ciudad.
Un manto grisáceo se ha colocado de forma permanente sobre la
capital, habiendo tan solo unas pocas horas de sol al día. El resto
del tiempo, alguna nube colocada estratégicamente no deja pasar la
mayoría de la radiación solar. Todo esto le confiere un aura
melancólica a los días, como si uno no tuviese permiso de estar
radiante, nunca mejor dicho.
Pero la motivación va por dentro, en algunas semanas tendremos sol a
diario, como suele pasar la mayor parte del tiempo en la capital.
Visto lo visto, en Madrid no es donde se ha sentido con más
intensidad la oleada de frío, ni las lluvias torrenciales, habiendo,
pues, más bien poco de lo que quejarse este invierno. Esperemos que
lo peor ya haya pasado y lo mejor esté por llegar.
César P.
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