Cómo no podía
ser de otra forma, las rebajas siguen estando en vigencia en las
tiendas de nuestro país atrayendo a incautos consumidores que buscan
una ganga de la cual presumir. Si por estas fechas preguntas a
algún conocido sobre el motivo de su mas reciente compra puede que
no tenga otra justificación que un “es que estaba rebajado” para
dar cuenta de su adquisición. Las rebajas tiran mucho, se nos abren
los ojos y dilatan las pupilas cuando vemos una cifra menor en la
etiqueta de esa prenda que tanto nos gusta o en ese artículo cuyo
precio antes era menos atractivo.
Es una trampa.
Todo es una trampa urdida desde las más altas esferas para
mantenerte enganchado a las ofertas de las grandes superficies, que
son quienes parten y reparten el pastel. Las ofertas son como la miel
y las personas van hacia ellas como las moscas que buscan algo dulce
a lo que hincarle... los apéndices. Bueno, igual no es la analogía
más acertada, pensemos en las flores y la miel, las limaduras de
hierro y un imán, etc.
Los consumidores
pululan en las tiendas durante este mes aprovechando cuanto pueden el
periodo de rebajas, ya que así cunde más el dinero. No es mala idea
si es algo planificado y organizado, es una obviedad que comprar en
rebajas puede servir para ahorrar dinero bajo estas condiciones. Lo
que produce el efecto contrario es dejarse llevar por las rebajas
solo por el boom del momento
o porque todos se van de rebajas y
hay que hacerlo.
Dejarse apoderar por el espíritu consumista nunca es bueno, luego no
ha lugar a quejas sobre la cuesta de enero, la cual se vuelve de lo
más escarpada si se nos va de las manos gastando. Los más
ahorradores esperan a que lleguen las rebajas de principio de año
para comprar aquellas cosas que durante la época navideña estaban
más caras o, simplemente, para reponer aquello que haga falta. La
estrategia funciona, solo basta tener un poco de paciencia para
encontrar buenas ofertas entre los escaparates. Un paseo por el
centro nos da una idea de lo que se oferta este año.
Algunas buenas ideas para ahorrar durante este mes es plantearse un
presupuesto e ir con el dinero justo a las compras, así uno no puede
gastar más. Nada de tarjetas de crédito o de débito, pueden acabar
siendo un auténtico agujero negro para nuestra economía. Hacer una
pequeña lista con lo necesario evita dolores de cabeza a la hora de
comprar, ceñirnos a ella, además, nos privará del ansia de comprar
lo que vamos viendo en el supermercado. Hay que controlar al
consumista que llevamos dentro.
César P.
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