Recuerdo la nevada
de 2005 en la capital, cuando aún estaba en el instituto y salimos
al patio exultantes para iniciar la más épica de las batallas de
bolas de nieve que he vivido en mi vida. La pelea duró dos o tres
recreos, ya que aquella vez la nieve cuajó lo suficiente como para
hacer bolas con las que atacar al enemigo al día siguiente. Si había
visto la nieve antes, no lo recuerdo. Lo que nunca olvidaré es lo
fría que estaba al contacto aquella vez, tanto que me dolían las
manos al llevar un par de armas arrojadizas hasta un lugar desde el
cual desatar mi ataque fulminante.
Hace poco estuve
recordando nevadas con un conocido mientras dábamos un breve paseo
por las calles de un barrio matritense en plena madrugada. Hacía
frío, casi cero grados Celsius, pero no había rastro de nieve por
ninguna parte. Este año, a lo sumo aspiramos a la escarcha, que se
ha presentado como un velo blanquecino estos días de Navidad. Ha
hecho lo que ha podido para darle una estampa navideña a la ciudad
y, de paso, el mercurio ha bajado un poco más de lo que llevaba
marcando hasta ahora. El invierno empieza oficialmente con una
declaración de intenciones: hace frío.
Quedan solo unos
pocos días para el final de este año. Todavía nos queda por ver si
el tiempo nos sorprende con alguna nevada en los meses que quedan de
la estación más gélida. Eso sí, no sé vosotros pero yo espero
que no me pille de camino a ningún sitio en el que haya que llegar
con puntualidad. La nieve tiene su atractivo y mola verla un rato
pero en Madrid desata el completo caos vehicular para un día al año
– como mucho – que deja su huella en la ciudad. Esos son los días
que peor lo pasa uno cuando le toca ir a cualquier lugar y da igual
el medio de transporte, ya que se paraliza todo, salvo – si hay
suerte – el suburbano.
Ha acabado 2014
sin que caiga nieve en la capital pero aún queda la mayor parte del
invierno. ¿Veremos una estampa más invernal antes de que acabe la
estación? Tengo un sentimiento contradictorio al respecto, por una
parte quiero ver nieve pero, por otra, no tengo muchas ganas de pasar
uno o dos días estancado con la sensación de no poder movilizarme
como siempre. Sin embargo, si nieva es una vez al año así que no
puede hacer, según el dicho, mucho daño.
César P.
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