5 de enero de 2015

Cabalgata de reyes en Madrid


Recuerdo haber ido a la cabalgata de reyes magos en el centro hace unos cuantos años con un grupo de amigos que se motivaron lo suficiente. En realidad, era un grupo de chicas y yo el único tío infiltrado en la mezcla. Nuestro plan era recolectar esas preciadas chuches que vuelan por los aires mientras los tres reyes y toda su escolta recorren las calles del centro de Madrid. Sobra decir que la realidad distó en gran medida de lo que nos habíamos imaginado.

Cuando llegamos al paseo al paseo de Recoletos aquello estaba abarrotado de gente. Tal era la cantidad de personas aglutinadas a las vallas que bordeaban la carretera que no se veían tales vallas en absoluto, ni siquiera acercándose todo lo posible sin meterse en medio de la masa de personas. Había padres de familia con los niños en hombros por todas partes y los que se habían hecho con los mejores puestos en primera fila llevaban horas esperando a que el espectáculo comenzase. Un rato después del ocaso, llegó la cabalgata por aquel lugar, para terminar, como es habitual, en la plaza de Cibeles.

Aquella cabalgata fue al mismo tiempo la mejor que he presenciado y la peor de todas. El gentío de agobiante, quienes llevamos un poco mal esas cosas no disfrutamos tanto del espectáculo como deberíamos. Es lo que hay en la cabalgata más grande de la capital. El despliegue de carrozas es impresionante, no falta de nada, bueno, sí: un Baltasar auténtico. Me refiero a que en la principal cabalgata de Madrid suelen poner a un caucásico pintado de negro en el papel del mago más moreno del trío. No sé si ha habido alguna excepción en los últimos años pero aquella vez Baltasar podría haber sido más... auténtico.

Puedo entender que hace años se recurriese a este apaño para colocar a un Baltasar que diese el pego pero a día de hoy, sinceramente, no veo a que razón atiende. Hay negros españoles, y no escasean, además. No sé si se intentan guardar las apariencias, contentar a los más conservadores o, sencillamente, el Consistorio no ha caído en la cuenta de algo tan simple de resolver como colgar (en el sitio adecuado) un cartel que rece: se necesita Baltasar para la cabalgata de este año. En realidad, elegir a un rey mago de cada raza (caucásico, oriental y negro) sería lo más adecuado para representar la diversidad en la que vivimos actualmente en este país.

Se aboga tanto por dicha diversidad de razas, etnias y culturas en algunos aspectos y se hace tan poco en otros. Tampoco creo que pintar a un caucásico de negro sea ninguna ofensa, antes, más bien, me parece gracioso. Pero considero que es un asunto de realismo y, un poco, de sentido común. ¿Este año habrá un Baltasar más realista?

César P.

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