22 de diciembre de 2014

¿Lo importante es compartirlo?


El mensaje del anuncio de Lotería de Navidad de 2014 dice que lo importante es compartir el premio. En el anuncio se puede ver cómo un ciudadano cualquiera consigue ganar el premio de la lotería gracias al generoso Antonio, en cuyo bar se ha vendido el Gordo. A pesar de no haber pagado el décimo antes del sorteo, el protagonista consigue hacerse con la participación a posteriori debido al propietario del bar, quien se lo había guardado amablemente. Eso sí, le cobra 21 € por el café, aludiendo 20 € del décimo de lotería.

Muchos de nosotros hemos pensado en más de una ocasión que tanta generosidad es improbable en la vida real pero es, simplemente, no es el quid de la cuestión. Es posible que algo así sea cuasi-imposible en el mundo en el que vivimos, tan lleno de avaricia y egoísmo. Es posible que escaseen aquellos que ayuden al prójimo a pesar de que haya tanto dinero en juego. Sin embargo, siempre hay una pequeña posibilidad, igual de probable que la que tenemos de ganar la lotería al participar. Lo importante es eso mismo: tener ganas de participar es lo que cuenta.

Al comprar un décimo estamos dando cabida a la posibilidad de ganar un premio pero también damos cabida a algo más: la ilusión. Sí, es posible que nunca ganemos el ansiado Gordo pero una cosa queda muy clara y es que si no se participa las opciones son nulas. Según mi opinión, el asunto va un poco más allá, el simple hecho de participar e ilusionarse, de dejar que nos emocione la probabilidad de ganar algo, aunque tan solo sea recuperar el dinero invertido en forma de reintegro, ya es más que suficiente, vale la pena.

Hay que mantener la ilusión para ser feliz. Si dejamos de soñar corremos el riesgo de estancarnos en la vida y eso, simplemente, no es aceptable. Los sueños nos ayudan a seguir tirando, a levantarnos en las frías mañanas de invierno y salir a ganarnos el sustento, a aguantar largas horas en el trabajo, a sonreír y, en definitiva, a sentirnos plenos. Una persona sin ilusión no tiene ninguna posibilidad de ser feliz pero alguien que se deja ilusionar de tiempo en tiempo, en cambio, sí.

No se trata de dejar de tener los pies sobre la Tierra en ningún momento, pero sí de dar cabida a la esperanza, y más en los tiempos que corren. Hay opciones más económicas que la lotería de Navidad, como los rascas que se anuncian en la televisión. Así que no hay excusa para soñar un poco en estas fechas. Lo importante es participar.

César P.

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