Durante años, al igual que muchas personas, me he enfrentado
a mí mismo en la ominosa y casi
imposible tarea de ponerme más en forma. Nunca
he sido una persona con demasiado sobrepeso pero he de reconocer que con el
paso de los años y con una vida que ha evolucionado cada vez más al
sedentarismo los kilos de más se habían asentado en mi cuerpo sin
contemplaciones. Sin embargo, hace poco he conseguido embarcarme en la aventura
de ponerme en forma y comparto con los lectores algunas de las claves.
Fuerza de voluntad.
A menudo se dice que para bajar de peso se necesita una determinación
inquebrantable y que por eso muchas personas no lo consiguen. Yo creo que el
asunto es mucho menos dramático que eso, creo que debes de quererlo de verdad. ¿Y cómo no ibas a querer bajar de peso de
verdad y tener una figura más esbelta? ¿No es lo que quieren todas las personas
hoy en día? Pues sí y no.
Me explico. Somos altamente influenciados por los medios en
los cuales se presentan imágenes y vídeos de personas con un atractivo
incuestionable. Por ello hay quienes desean lucir tipo como las estrellas de
cine o los actores de la farándula. Pero no lo desean de verdad, solo intentan
ser como los famosos. Este o cualquier motivo que no sea legítimo no es
adecuado para conseguir ponerse en forma efectivamente. Algunos lo conseguirán
pero no serán muchos.
La pregunta que surge de forma inmediata es ¿y cuál es,
entonces, un motivo legítimo?, cuya respuesta es la siguiente: quererse a uno mismo. Puede parecer
cursi o incluso una ñoñada pero es la verdad. Si uno se quiere lo suficiente a
sí mismo no va a permitirse estar en un estado físico deplorable que no le
permite disfrutar de la vida como podría. Sí, no todos hemos nacido para ser Usain
Bolt pero tampoco es a ello a lo que aspiramos. Con estar en una forma física
adecuada nos daremos más que satisfechos.
¿Se cansa cuando sube las escaleras del metro y se ve obligado a ir por las mecánicas? ¿No
puede apurar el paso para coger el bus y se va en sus narices sin poder hacer
nada al respecto? ¿Cuándo fue la última vez que dio un paseo por el campo de
horas de duración disfrutando de la tranquilidad de caminar y de ver el paisaje?
Muchas son las ventajas de estar en forma pero uno solo el
motivo legítimo para conseguirlo: el amor a uno mismo. Para alcanzar el
equilibrio adecuado que podríamos llamar felicidad debemos aspirar a un estado
tanto físico como mental adecuados – siempre dentro de nuestras posibilidades.
Practicar alguna actividad física con regularidad y comer de forma saludable es
el primer paso en este camino.
César P.
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