Hablando con un amigo de
un amigo el otro día, salió el tema de quedarse dormido. Todos hemos
experimentado esa situación alguna vez. Todos. Puede que nos hayamos perdido
ese programa de televisión que queríamos ver, o no hayamos ido a ese examen
para el que habíamos estudiado tanto, etc. En el caos del amigo de mi amigo, él
no pudo dar unas clases de lengua inglesa por este desafortunado e involuntario
imprevisto.
Por mucho que queramos
hacer algo a cierta hora de la mañana, nuestro cerebro a veces se niega.
Escuché atentamente el relato sobre cómo poner unas 8 alarmas en el móvil no
bastó para estar de pie a la hora adecuada, pues inconscientemente el móvil
acabó apagado o silenciado. Es decir, ni todas las alarmas que podamos poner
parecen hacer frente a este hecho de la vida: quedarse dormido.
Consejos
Sin embargo, no todo está
perdido en la batalla contra el sueño. Hay algunas cosas que podemos hacer para
prevenir – si ya hemos sido víctimas de un sueño demasiado profundo – que se
vuelva a repetir esta situación.
1.
Coloca la alarma en donde no puedas alcanzarla
desde la cama. La mesilla es mal
sitio porque “entre sueños” y de un manotazo podrías apagar el móvil o reloj
despertador en cuestión.
2.
Usa varias alarmas. Todos los móviles de tipo smartphone te permiten
configurar más de una alarma con antelación, para cada día de la semana, etc.
3.
Levántate a la misma hora “preventiva” todos los
días. Digamos que tus actividades
empiezan a veces a las 10 am y otros días a las 11 am. Si te levantas antes de
las 10 am todos los días, como norma, será más difícil quedarse dormido.
Y si todo lo anterior
falla rotundamente, al menos nos queda el consuelo de que quedarse dormido es
algo “involuntario”. Y ya puestos, tal día podremos desayunar con más calma de
lo normal y disfrutar de un momento de esparcimiento merecido aunque no
programado.
Cada uno debe encontrar
los trucos para no pasarse de la hora entre las sábanas. Hay quien necesita un
rato para salir de la cama desde que se despierta. En cambio, otras personas
son como muelles, según abren los ojos rebotan fuera de la cama. Nadie mejor
que tú mismo para llegar – o aspirar – a conocer cómo estar listo a la hora
necesaria por las mañanas.
César P.
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