Hoy he visto el tiempo tras
las habituales noticias del telediario y resulta que el pasado mes de enero ha
estado más “caliente” de lo normal. Según lo que se explicaba, el mes ha tenido
temperaturas más altas de lo normal para esta temporada del año y, además, ha
habido menos precipitaciones de lo esperado. Asimismo, el mes de febrero se
prevé con características similares en cuanto a las temperaturas.
El lado bueno del asunto
Para muchas personas
puede parecer que tener un invierno menos frío es “todo ventajas”, pues no hay
que aguantar las inclemencias del tiempo como en otros años. Nada más lejos de
la realidad, por desgracia. Las consecuencias de una subida de la temperatura
pueden acarrear diversos problemas pero – al menos – deja algo de comodidad. No
hay mal que por bien no venga, según parece. Pero todavía no podemos cantar
victoria, pues el año no ha hecho más que empezar.
El lado no tan bueno
Una de las consecuencias
de tener temperaturas menos frías puede ser recibir menos lluvias en la temporada
de invierno y otoño. Sin embargo, no podemos saber con exactitud lo que va a
pasar. Nos toca esperar que no acabemos con falta de agua en las reservas del
país este año o con incendios fuera de control, etc. La falta de agua puede
propiciar diversos percances y es, sobre todo, perjudicial para el medio
ambiente.
La repercusión menos
conocida del calentamiento que tiene lugar en ciertas regiones es que ello
implica el enfriamiento de otros lugares. Es decir, en unos sitios suben las
temperaturas mientras que en otros bajan más de la cuenta. No todas las
personas lo pasan igual de bien con los bandazos que da el tiempo. Lo que nos
espera para febrero es más de lo mismo, ya que las temperaturas se mantendrán
por encima de la media en gran parte del país.
Posibles causas
Sin ánimo de entrar en
controversias, voy a indicar un par de motivos por los cuales está pasando lo
que está pasando en muchos sitios. Es evidente que el clima está un poco
inestable, tal vez más de lo “normal”. Por desgracia, es muy difícil saber qué –
a ciencia cierta – está detrás de dichas inestabilidades. Un posible culpable
es el calentamiento global o, mejor dicho, lo que sea que cause en el
medioambiente la contaminación que arrojamos en todas partes y de todas las
formas posibles. Desde luego, tanta “basura” no puede ser buena para el
planeta.
Pero resultaría alarmista
y hasta paranoico afirmar que todo es culpa de tal fenómeno. Lo que sucede en
este año en particular, además, es que el Sol alcanza su máximo en su ciclo.
Después del presente año, empezará a disminuir su radiación en intensidad hasta
– aproximadamente – 2025 según algunos estudios. Aconsejo, por este motivo, que
disfrutemos de las temperaturas pues es más factible que probable que los años venideros
mantengan el mercurio por debajo del nivel que nos gustaría ver.
César P.
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