Entre hoy y mañana, o antes
para algunos afortunados como yo, hacen su llegada los Reyes. Esta celebración
se ha convertido en una ocasión para regalar, para compartir y para tener una
alegría más en el comienzo del año. La tradición de los reyes conmemora la
visita de tres reyes magos al niño Jesús tras su nacimiento. Sin embargo, casi
no se hace alusión al niño en la fiesta actual sino que ésta se centra
exclusivamente en los reyes y los regalos.
Creo que es oportuno que
una tradición como ésta se haya situado en enero, pues ayuda a olvidar en
cierta medida la cuesta de enero al principio y enlaza bien con las
celebraciones de fin de año. Lo que me resulta curioso es la importancia que se
le da a las fiestas – que por término medio son las mismas en todos los países –
en algunos lugares. La bajada de reyes pasa desapercibida en algunos países de Latinoamérica
pero es la celebración más importante en España. Y al revés, en algunos países
es la Navidad el momento más esperado del año.
Este año, 2014, los reyes
llegan a España con recortes, mucho me temo. Dada la situación actual de los
españoles, gran cantidad de niños tendrán que recurrir más a la imaginación que
a la valía de los regalos. Esto supondrá un esfuerzo añadido para los padres,
pues en su habilidad para ensalzar la ocasión residirá el éxito de estos Reyes.
Al fin y al cabo, para un menor que aún no conoce el mundo, lo más importante
es – o debería ser- la ilusión y no el valor económico.
Sin embargo, las últimas
tendencias en regalos conllevan un precio que muchas veces se vuelve inalcanzable.
Los jóvenes juegan, hoy en día, con aparatos electrónicos, pantallas táctiles y
gadgets de moda. Estos juguetitos tienen un precio nada desdeñable y suponen un
gran esfuerzo para quienes deben asumirlo. Es posible que muchos Reyes no
puedan llevar este año a los más pequeños del hogar lo ellos más desean. Sin
embargo, si se juegan las cartas bien, aún es posible darles alegría y hacerles
pasar un buen momento.
Lo mejor que se puede
hacer en estas situaciones es incentivar otro tipo de pasatiempos en quien no
pueda tener la última entrega de la PS4 en su casa para estas fechas. Por muy
duro que parezca, si no se puede no se puede. Y esta es una lección que sirve
para la vida a quien la aprenda, y cuanto antes mejor. Hay muchas alternativas
a una consola o a un nuevo ordenador. Además, hay regalos que pueden aportar
más a la familia y no beneficiar solamente a quien lo usa.
En este sentido, un libro
es el mejor regalo para quien pueda aprovecharlo, pues puede ser utilizado por
todos los miembros de la familia y reutilizado muchas veces. Además, un juego
de mesa puede aportar muchas horas de entretenimiento grupal por un precio muy
bajo. Lo más recomendable es no intentar estar a la última tendencia para poder
ahorrar dinero. Esa deseada PS4 ahora a un precio estratosférico estará más
cerca del nivel del suelo en unos meses. Y esperar no cuesta nada.
En cualquier caso,
querido lector o querida lectora, espero que los Reyes te traigan algo
inesperado y que llene tu corazón de satisfacción.
Felices Reyes.
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