15 de enero de 2014

Quiero nieve, por favor. (Parte II)

Las cúpulas de metal de Asimov.

Recuerdo lo maravillado que estuve cuando leí los libros del gran Isaac Asimov, en varios de los cuales nos hablaba de un planeta llamado Trantor, situado cerca del centro de la Galaxia y que era la capital del Imperio Humano. Este planeta era una sola ciudad, o tal vez haya que decir que la ciudad era el planeta entero. El único espacio al aire libre era el jardín del emperador, pues todo lo demás estaba cubierto de cúpulas de metal interminables debajo de las cuales vivía la gente…

¿Eso es lo que nos espera?

Por lejos de la realidad que nos parezca, yo ya he visto las cúpulas de acero de las que hablaba Asimov. Los centros comerciales, las grandes estaciones del suburbano, los aeropuertos interminables con sus terminales, etc… Puede que una ciudad bajo una cúpula nos parezca excesiva pero ya tenemos muchos recintos protegidos de las inclemencias del clima.

Solo sería cuestión de tiempo para que nos habituásemos a convertirlo todo en espacio interior, con calefacción y sin molestias como el viento o la lluvia. Solo día soleado o nublado pero apacible y agradable a las personas. Ahora, querido interlocutor, volvamos al tema del cambio climático.

Si las personas no dejan de destruir y consumir este planeta como una plaga, éste perderá su equilibrio. Ese delicado balance que permite un clima agradable en la mayoría de lugares de la Tierra quedará como un recuerdo en el pasado. La única solución de las personas será convertirlo todo en espacio interior, cubrirlo todo de acero y cemento, que – de paso – es lo que mejor sabemos hacer.

¿Es este nuestro futuro?

Me pareció realmente triste, cuando lo describía Asimov, que la gente del futuro no recordase – ni supiese, por lo general – lo que era vivir en el exterior, sentir la brisa del aire en tu piel o el frío del agua cuando llueve… Y sí, esto podría dejar de ser lo normal si este mundo se va a pique tal y como lo viene haciendo. Ya estamos volviendo a la Luna, gracias al esfuerzo de China, y planeamos llegar a Marte en una década, mediante el proyecto Mars One.

¿Destruiremos este planeta y lo dejaremos a la suerte para que la naturaleza vuelva a su curso normal? 
No sé qué es lo que va a pasar, pero te diré una cosa. Como seres inteligentes que somos -  aunque algunos de nuestros congéneres no lo demuestre a menudo – tenemos y cargamos con una responsabilidad para con todo este planeta. Debemos preservarlo y cuidarlo para que siga siendo el hogar de tantas especies. Es un lugar único y especial en el Universo, y no es justo que por nuestra propia arrogancia y egoísmo, esto se pierda…

Lloro al pensar que en unas generaciones, tal vez, ya no podamos ver ballenas, ni leones, ni elefantes… y que solo existan en películas, fotos, etc.


Salvemos la Tierra.

César P.

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