Hace un tiempo que, por
suerte o por desgracia, soy uno de esos jóvenes que no están en España por
motivos de falta de trabajo y oportunidades. En particular, he venido a Munich,
Alemania, para analizar las
posibilidades de trabajo y, eventualmente, conseguir un trabajo. Para mala
suerte mía, hay un par de inconvenientes en mi aventura, uno de los cuales es
mi ignorancia del alemán, pero de
eso hablaré en otra ocasión.
Vivo en un edificio lleno
de apartamentos de moderado a pequeño, o reducido, tamaño. La mayoría de las
personas que viven aquí trabajan cerca, en un hospital de gran tamaño. En las
últimas semanas, hay algo que ha llamado mi atención de forma especial y es que
no dejo de tener la sensación de que
cada vez hay más y más españoles por aquí.
Ya sea en este mismo
edificio, ya sea en el centro de la ciudad cuando salgo a dar una vuelta o por
lo que sé de los nuevos empleados del hospital, etc. El caso es que se nota
cómo cada vez son más los que llegan a
esta ciudad provenientes de España para buscar un trabajo y asentarse. Y solo
me consta lo que pasa en este rincón de Munich. Extrapolemos este fenómenos a
todas las ciudades donde potencialmente hay muchas ofertas de trabajo para
jóvenes con carreras universitarias… y no tenemos que limitarnos a Europa.
Y ahora me pregunto, ¿quién se queda en España?
Según lo que a mí me
consta, solo dos tipos de personas, a lo sumo tres. El primer perfil es el de aquel que no puede bajo ningún medio
permitirse emigrar para buscar trabajo ya sea por falta de formación o por
motivos económicos. El segundo caso
es el de aquellos luchadores que siguen en España a pesar de la que está
cayendo. Y en último lugar, todos los que no entran en los otros dos perfiles NI quieren, NI les importa, NI les
apetece…
¿No es preocupante que los jóvenes estén en franca
huida de nuestro país?
A mí me parece realmente
alarmante que cada vez más personas estén residiendo fuera, pues España se va a
quedar con falta de gente joven – en
algún momento del futuro tal y como va esto – para cubrir los puestos de
trabajo o para aguantar los puestos
que queden. Y esto, aunque no lo parezca, es muy preocupante. Tan solo se trata
de una previsión a mediano o largo plazo.
Si las ofertas de trabajo
en España siguen siendo cada vez peores entonces los jóvenes seguirán
marchándose y, lo que es peor, lo empezarán a hacer cada vez antes. Pongamos el
ejemplo de un padre de familia con un hijo en pleno bachillerato. Lo mejor que podría hacer es mandarlo a
estudiar fuera cuando empiece la universidad y que el joven se busque la
vida en su destino. Por triste que suene, es de lo mejor que se puede hacer
ahora mismo.
Pero, ¿qué pasará cuando no queden jóvenes
preparados en España en unos años? ¿Tendremos que importarlos de otros países?
¿Con qué dinero se haría esto?
Creo que vemos las
implicaciones, ¿no? La fuga de cerebros
– sin ánimo de aludir a las dos películas – es un fenómeno actual que debe ser
controlado. Y la única forma de hacerlo es mejorando de forma real, nada de
macro cifras o de hacer fiesta por 11 parados menos en Agosto, la situación en
España. Y que nadie diga que no se avisó
de esto, que esto se ve venir…
César P.
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