Lo primero que me viene a
la mente antes estas declaraciones es: ¿le creemos? Y lamentablemente, me surge
una duda inconmensurable cuando un político se presenta tan optimista sobre el
estado económico actual. Entiendo que deban intentar animar a los españoles en
tiempos difíciles pero no debemos confundir unas palabras de aliento con
demagogia. Además, tampoco es lo mismo estar
mejor que antes que estar donde queremos estar, pues ya se ha perdido mucho
en varios ámbitos desde que empezó la crisis.
Por un lado, Mariano
Rajoy ha manifestado recientemente que hoy
los españoles pueden mirar con más esperanza al futuro que hace dos años. Por
otra parte, Rubalcaba ha contestado haciendo hincapié en que hay menos derechos sociales y más
desigualdad. Y así, podríamos seguir con el vaivén de indirectas que estos
dos políticos se han lanzado pero eso me parece un despropósito. Analicemos las
palabras de los dos líderes de sendos partidos políticos, PP y PSOE,
respectivamente.
Me gustaría aceptar como
verdad que estamos mejor que hace dos años e incluso mirar con esperanza al
futuro, como dice Rajoy, pero me temo que no puedo. Hace poco escuche unas
declaraciones que coincidían con mis propias estimaciones de lo que vamos a
tardar en salir de la crisis. Hay expertos que manifiestan un periodo de
recesión de dos décadas y, además, señalan que no se volverá a donde estábamos
antes de la crisis. Es decir, tardaremos años en salir de este bache y las
cosas no serán como antes, sino un tanto peores.
Veinte años, año arriba o
abajo, es lo que tarda una nueva generación en criarse y llegar a la madurez.
Estamos hablando de que dos o tres generaciones se van a ver seriamente
afectadas por la crisis actual y verán muchas de sus expectativas truncadas por
este motivo. ¿Esto es un panorama de esperanza? Me temo que en absoluto.
Personalmente, todas las personas de mi edad – veintitantos años – no se
plantean volver a España en un futuro cercano, salvo de visita. Esto los que se
han podido permitir ir al extranjero a buscar un empleo.
Quienes se quedan tienen
que pasar por algo más complicado que la distancia y la nostalgia; deben
afrontar la crisis de cara y día a día. Sin que marque ningún precedente, tengo
que dar la razón a Rubalcaba en cuanto a lo de los derechos sociales y la
desigualdad. Actualmente, hemos perdido en España gran número de derechos, como
el de tener un día libre cuando uno lo necesite en el trabajo. Además, la
brecha entre ricos y pobres no había sido tan marcada en años. La clase media
está desapareciendo en este país porque o bien se tiene dinero o no, cada vez
hay menos margen para un término medio.
En este sentido, España
no es ahora mismo un lugar en el que se pueda tener una vida decente ni un
trabajo digno. Abundan los contratos basura y el paro es el pan de cada día
para muchas personas. Creo que por este motivo, los políticos deben respetar la
gravedad de los hechos y no vender falsas esperanzas. Es mejor ser realista o
más mesurado en los comentarios que ser el dispensador de sueños truncados. Como se suele decir, es mejor la verdad aunque duela.
César P.
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