Ha tenido que
manifestarse la Comisión Europea para que se cuestione la utilidad de las
concertinas de la valla de Melilla. Al fin y al cabo, la entrada ilegal de
inmigrantes no ha sido frenada debido a estos elementos disuasorios. Lo que sí se ha conseguido es aumentar el número y la
gravedad de las magulladuras, heridas e inhabilitaciones en las personas que
han intentado cruzar la valla. Incluso ha habido muertes como producto de estos
elementos – si bien no fue solo por las concertinas sino por una serie de
factores.
Lo único que hacen las
concertinas es agravar la situación, pues los inmigrantes provenientes de
Marruecos no han dejado de intentar saltar a España. Si bien cada estado
miembro de la UE tiene la capacidad de elegir las medidas de seguridad en sus
fronteras, hay que ser razonables a la hora de adoptar estas medidas. Es un
hecho contrastado que las vallas y concertinas no han servido para impedir el
paso de inmigrantes en los lugares que se han colocado, ya que sigue habiendo
gran cantidad de personas que lo intentan a menudo.
En Melilla se conoce bien
el problema de la inmigración irregular y se sabe que el perfil de las personas
que intentan saltar la valla fronteriza ha cambiado en los últimos años. Actualmente,
son más jóvenes y más agresivos quienes se juegan el todo por el todo para pasar a España. La valla no es del agrado de
nadie, y es una respuesta de las muchas que se podría haber adoptado para
proteger la frontera. Sin embargo, ya se ha visto lo que la valla ha causado en
los últimos años y creo que es hora de considerar seriamente medidas más
adecuadas y efectivas.
Por ahora, el presidente
de Melilla no está convencido sobre la retirada de las vallas ni de las
concertinas, pues considera que no hay alternativas que sean igual de eficaces
o fuertes. Actualmente, parece no
haber muchas alternativas tan eficientes como unas simples vallas para frenar la entrada de inmigrantes de
forma irregular desde Marruecos pero esto podría cambiar dentro de poco. Con el
avance de la tecnología de drones, pequeños vehículos aéreos usados para
patrullar, sería posible tener controlada la frontera de las ciudades sin tener
que apostar vigilantes en gran número.
Sin embargo, una
posibilidad como ésta aún no es practicable en nuestro país. Por ahora, solo
EEUU y algunos países más usan a los drones para labores de patrullaje y
vigilancia. En realidad, la solución no reside en levantar paredes sino en lidiar
con los problemas de raíz. Esta sería la única forma de dar punto final a las
oleadas de inmigrantes que se juegan la vida
la esperanza de un futuro más próspero en Europa. Muchos de ellos acaban
pereciendo, malviviendo o sufren secuelas por el resto de sus vidas. Pocos son
los que hacen realidad el sueño de vivir mejor.
César P.
No hay comentarios :
Publicar un comentario