Es ya conocida desde hace
meses la controversia relacionada con el ministro de educación, Wert, y sus
reformas. Reformas que han causado gran revuelo entre el colectivo de
estudiantes, docentes y la población en general. Y no es para menos, pues tras
cada nueva reforma vemos cómo la educación en España deja de ser lo que era
hasta no hace poco.
Bien es cierto que el
problema de la educación en este país no es reciente ni que su origen se
remonta a varias legislaturas en el pasado. Tras cada nuevo gobierno se realiza
alguna importante modificación en la Ley de Educación (LOGSE, LOE, etc)
causando estragos en la formación de los estudiantes que han empezado con un
modelo y acabado con otro.
Por no decir que las ventajas de cualquiera de estas leyes de
educación es más que cuestionable. En este contexto, esta vez es el programa de
intercambio de estudiantes en Europa, Erasmus, el que se ve directamente
afectado por las reformas (o sea, recortes). El gobierno de España ha
disminuido en casi un 60% las subvenciones a este tipo de becas. Sobra decir
las consecuencias de tan cuantiosos recortes.
Resulta contraproducente
dejar de invertir en educación y en investigación y desarrollo (I+D) en estos
tiempos de crisis. Bien es cierto que con el agujero en las arcas que existe
actualmente parece razonable hacer
recortes. Pero esto es una falacia en la que caen muchos sin siquiera darse cuenta.
La realidad es que hay que tener cuidado con los recortes que se hacen y las
consecuencias que éstos pueden acarrear al país en medio o largo plazo.
La educación debe apoyarse
en la medida de lo posible aún en tiempo de crisis. Cuando España salga del
bache – dentro de unos años todavía – necesitará gente con la formación
necesaria para impulsar la maquinaria económica y emprender negocios.
Recortando en educación España se verá a merced de los talentos extranjeros que
pueda captar pero justamente por haber estado en crisis tanto tiempo no serán
muchos los interesados.
¿Dónde estará el talento
nacional? En un rincón olvidado pues no se apostó por él en su momento debido a
los recortes. No hay, pues, que recortar a la ligera como lo viene haciendo el
gobierno. No hay que recortar en aquello en lo que sean pocos (relativamente hablando) los que se quejen. No hay que
dejar de invertir en el futuro del país.
Los jóvenes son el futuro
de España. Pero, ¿qué futuro desamparado y difuso nos depara si no se educa a
esta juventud como es debido? Incertidumbre, precariedad, mediocridad es lo que
nos espera si el gobierno no recapacita en sus medidas. Después de la subida de
tasas tomar la medida de disminuir enormemente el número de becas (entre otras
las becas Erasmus) tiene una consecuencia indiscutible: cada vez menos jóvenes
podrán estudiar en la universidad.
España tenía hasta hace
poco, y sigue teniendo pero no por mucho tiempo, un colectivo joven con buena
formación. Esto se consiguió en gran medida por las inversiones en becas y
programas de intercambio como Erasmus. Sin embargo, todo esto se irá al traste
con las nuevas medidas que se han adoptado y se van a tomar en cuanto a
educación.
¿Intentan los políticos
crear una clase ignorante de ciudadanos que no sea consciente ni de la realidad
del país en el que vive? Si no lo intentan a propósito les está saliendo muy
bien sin querer queriendo, como decía Chespirito.
César P.
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