Actualmente, España puede
presumir de pocas cosas pues no goza del mejor status de su historia. De pasar a ser un imperio mundial a ser el
agujero para la economía que es actualmente hay mucho trecho, y también algunos
siglos de historia. El caso es que, sin lugar a dudas, España está en una de
las peores posiciones en la que se ha situado en mucho tiempo.
Estando en esta situación
hay una buena noticia: la gasolina ha bajado de precio. Sin duda es un cambio
positivo tan tantos meses de empeoramiento de las situaciones laborales,
aumento de la precariedad de los contratos, etc. El precio de la gasolina no va
a sacarnos de la crisis pero analizar por qué su precio ha disminuido tal vez
sí lo haga.
La gasolina ha bajado de
precio porque los impuestos y gravámenes en España son más reducidos que en
cualquier otro lugar de la UE. ¿Por qué es esto bueno? En primer lugar, el
consumidor medio no tiene gran cantidad de dinero que destinar a la gasolina y,
por lo tanto, cualquier reducción en su precio es bien recibida.
Por otra parte, el Estado
no puede pretender cobrar el porcentaje que cobraba en el pasado debido a la
situación actual. Es una buena medida reducir los impuestos aplicados al precio
de la gasolina por este motivo. Además, al bajar el precio más gente podrá
acceder a pagar la gasolina y subirá el consumo en alguna medida. Esto implica
que el Estado, en realidad, no pierde dinero por obtener menos en porcentaje
siempre y cuando se consuma más.
Esta es la línea que se
debe seguir en otros campos. Sabemos que los alimentos de primera necesidad
tienen un impuesto muy reducido y así es como debe ser. Pero esto no es todo en
lo que se podría recaudar en menor cantidad. Estoy convencido de que si nos
pusiésemos a hacer una lista habría muchos artículos, servicios y pagos que
podrían abaratarse en alguna medida. La reducción de impuestos no debería ser
muy grande para marcar una gran diferencia en la economía del ciudadano.
Si la reducción se
hiciese en gran cantidad de productos y servicios lo que acabaría pasando es
que el consumidor estaría menos ajustado a final de mes. Esto repercutiría en
una mejor situación para todos. Es verdad que el Estado recaudaría menos, en
conjunto, pero ¿de verdad tiene que recaudar todo lo que recauda ahora mismo?
Estoy convencido de que el problema no está en la cantidad de la recaudación
sino en el uso que se le da a la misma.
Los recortes se deben
aplicar en donde se deben aplicar, y no en otros lugares. No se puede estar
recortando en educación y en I+D si se pretende salir del bache. No se puede
recortar en sanidad si se pretende mantener una calidad de vida decente en
España. Lo que hay que hacer es recortar en cosas que sean realmente
prescindibles, como los X coches oficiales de los políticos o las Y comidas de
las que disfrutan todos los meses.
Si el ciudadano medio se
puede ajustar el cinturón en España, ¿por qué los dirigentes del país no pueden
hacer lo mismo? Ojalá viésemos más casos como el de la gasolina, por eso de
predicar con el ejemplo.
César P.
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