Hay muchos tópicos cuando
se habla de los Erasmus. No es ningún secreto que buscan pasárselo bien
mientras están estudiando en el
extranjero. Obviamente, es una de las mejores situaciones que uno pueda vivir
para conocer gente nueva, aprender un idioma extranjero, practicar inglés (esto
sucede independientemente del destino elegido) e incluso, para algunos
afortunados, disfrutar de algún romance mientras dure la estancia. Hay quien
encuentra a su media naranja, doy fe de ello.
Dani y yo hicimos mucho a
este respecto, dejando en alto lo que se espera de dos alumnos proveniente de
España. Tal vez no aprovechamos la estancia al máximo pero diría que sacamos
mucho partido de todo cuanto se podía hacer por allí. Por mi parte, creo que no
hay experiencia más intensa que aprender un idioma casi desde cero y vivir el
día a día en un país extranjero en el que no vas a encontrar siempre alguien
que hable español o inglés.
En cierta forma es
divertido. En algunas ocasiones puede frustrar pero como suelo pensar de todo de aprende algo. Y aprender vale
la pena siempre. Por todo esto considero mi estancia Erasmus una de las experiencias
más enriquecedoras que he vivido y estoy completamente convencido de que lo
volvería a hacer, si pudiese.
Actualmente, suelo
recordar cosas que viví como Erasmus y siempre veo cada cosa que pasó en esos
meses con buenos ojos, aunque no siempre fuese algo positivo. Creo que España
necesita mantener y apostar por este programa de intercambio ahora más que
nunca. Bien es cierto que no todas las personas aprovechan esta beca como
deberían pero en ello el Gobierno también podría hacer mucho más.
Para pedir la beca solo
tuve que enviar unos documentos y cuando volví envié otros que demostraban que
había estado en donde tenía que estar. Tal vez debería de haber más control y
apoyo a los becados, asesoramiento para encontrar piso, orientación, etc. Supongo
que se espera que un estudiante universitario sepa buscarse la vida pero
tampoco estaría de más que a los becados se les ayudase en lo que sea posible.
Con toda sinceridad,
espero que el Gobierno no suma en el olvido este programa de intercambio. Cada
año en Europa se desplazan miles de estudiantes entre todos los países de la
Unión Europea. España ha venido enviando una ingente cantidad de estos
estudiantes a muchos destinos. Por eso la generación actual está tan bien
preparada como lo está y es capaz de afrontar la realidad de la crisis
emigrando.
¿Qué pasaría si España
dejase de invertir en el programa Erasmus? Pues lo mismo que pasará si deja de
invertir en educación: aumento de la mediocridad, de la ignorancia y de la incompetencia.
Si este país quiere ganarse un puesto de vanguardia en el mundo – y no tiene
motivos para aspirar a algo inferior – debe de mantener o aumentar las ayudas
en educación y los proyectos de I+D.
La educación de los
españoles, a diferencia de otros temas, no debería ser negociable.
César P.
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