El envejecimiento comienza en el
momento de nacer. El largo proceso de agotamiento y desgaste reduce
gradualmente la capacidad del cuerpo para hacer frente a las enfermedades,
sobresaltos y quebrantos, de tal forma que, al final, hasta el hombre más atlético
deberá rendirse al peso de los años y pagar tributo a la edad.
Algunas partes del cuerpo, como
el cerebro y los músculos, evolucionan y, a menos, que sufran accidentes, se
van desgastando gradualmente. Otras, como las células epidérmicas y los glóbulos
sanguíneos, se renuevan con regularidad todos los días hasta el fin de la vida,
en un proceso de constante reposición.
Pero con la edad algo deja de
funcionar bien en este mecanismo de renovación. La piel pierde elasticidad, las
células nerviosas sensibilidad, y todo el cuerpo se vuelve menos resistente a
las enfermedades y más incapacitado para acomodarse a la fatiga excesiva o a
las lesiones.
Incluso puede llegar a ocurrir
que algunas células lleguen a convertirse en reproducciones tan pobres de sus
predecesoras que el organismo las rechace.
El retrasar este proceso preocupa
a todo el mundo, y algunos investigadores llegan a pensar que si las personas
mayores pudieran mantener los mismos niveles hormonales que los más jóvenes,
gracias a inyecciones de hormonas, la reproducción celular proseguiría casi indefinidamente.
Según otros, el sistema de reproducción
se deteriora por culta de reacciones químicas. Para tratar de invertir este
proceso se han alimentado ratas y ratones con dosis masivas de productos químicos
que reducen el contenido de oxigeno de la sangre, mientras que a otros se les
ha administrado D.D.T. para estimularles el hígado. En algunos casos pareció
que se reducía el proceso de envejecimiento, aunque las razones exactas del
hecho no resultan claras.
El método que ofrece mejores
resultados para retardar la vejez es, sin embargo, el del régimen alimenticio. Los
animales de laboratorio que han recibido una dieta cuidadosamente equilibrada
con todos los ingredientes esenciales, pero con solo tres quintas partes de las
calorías necesarias, han experimentado un aumento considerable de vida.
Los desgastes normales del vigor
y los achaques debidos a la edad también se registraron un 40 por ciento más
tarde del tiempo habitual. La consecuencia es que se dilato el proceso completo
de envejecimiento.
Por lo tanto, en teoría, podría conseguirse
que la vida humana durase casi la mitad más de lo normal. Todo lo necesario
seria perseverar en el régimen alimenticio recomendado durante el tiempo
necesario. Así que no habrá de pasar mucho tiempo antes de que el ser humano
pueda elegir entre comer sin límites o disfrutar de una vida más larga y
activa.
Lady Blu
Muy interesante el artículo. Esto me ha hecho pensar que en algunos países la única elección parece ser comer comida chatarra de forma infinita...
ResponderEliminarGracias, Cesar. Me alegro que te parezca interesante el articulo y es cierto que algunos países tienden a "premiar" el envejecimiento prematuro de sus habitantes. El instinto de supervivencia no esta demasiado desarrollado!!
ResponderEliminarSaludos!